martes, 16 de septiembre de 2014

Rompí el hielo

Anoche di mi primer discurso en el Toastmasters International Club Sagrada Familia. Lo había concebido y ensayado en inglés como parte de una ponencia que voy a dar este fin de semana en el Scientific Medical Network en Suiza. A fin de cuentas el Club es bilingüe y es admisible hacer un discurso en inglés aunque el idioma de la sesión sea castellano, como lo fue anoche. Me lo sabía, en mis ensayos lo había hecho dentro del tiempo asignado y algunas veces hasta con tiempo de sobras. Durante uno de los ensayos con mi mentora lo hice incluso con una distracción monumental, ya que en el parque donde nos reunimos empezaron a hacer las pruebas de sonido para un concierto que iba a tener lugar allá más tarde.

Pero no conté con mi mimetismo. Uno de mis puntos fuertes en mi trabajo es la capacidad de sintonizarme de forma subliminal con las personas con las que entro en contacto. Esa noche, todos hablaron en castellano. Me sentía perfectamente integrada en el grupo y empecé a hablar … en inglés, tal como me lo había preparado. Dije que mi casa originalmente había sido en Geesthacht, una pequeña ciudad en el norte de Alemania y que desde 1980 era en Gracia… El desfase entre la sensación de conexión con la gente – estaba sintonizada con ellos en castellano- y el idioma en el que estaba hablando yo, durante un momento, produjo una sensación de escisión tal que me quedé totalmente perpleja. Cuando tenga más práctica seguramente aprenderé a aprovechar estos momentos como pausas que añaden dramatismo a mi discurso. En ese momento, para volver a ser una y a aplicarme a lo que había venida a hacer, no sabía hacer otra cosa que constatar mi desconcierto. No sé si lo hice en español o inglés. En todo caso, me volví a encontrar y el resto del discurso fue bien, aunque en la última frase también confundí las palabras. En total, creo que cumplí la intención de romper el hielo declarada aquí.





He aquí la traducción del discurso. Además añado algunas imagenes que anoche no mostré.

Las banderas de casa

Nací y crecí en Geesthacht, una pequeña ciudad en el norte de Alemania. Desde 1980 vivo en Gracia. Dejad que os describa las banderas de estos dos sitios y os diga qué significan para mí. La bandera de Geesthacht es blanca arriba y rojo abajo y lleva un escudo con un velero en el río y un sauce en la tierra. La bandera de Gracia es toda azul con un tallo con lirios blancos.
Durante más de 800 años las industrias principales de Geesthacht fueron las representadas en su bandera: el transporte de personas y mercancías sobre el río Elbe y la cestería. ¿Alguien entre vosotros sabe cómo huelen las ramas de sauce en remojo? Ese olor es uno de los tesoros de mi infancia.

Otro tesoro era Eberhard, el timonel del trasbordador sobre el río. Tenía cinco años cuando me enamoré de él. Era alto, guapo, con un cuerpo atlético y pelo rojizo rubio. La sonrisa que iluminaba su cara cuando me veía me tenía cautiva.

Hacía quince años que la segunda guerra mundial había acabado. Era la época de la guerra fría. Un silencio que pesaba toneladas parecía aplastarme durante toda mi infancia, adolescencia y joven adultez. En aquel tiempo no habría sabido nombrarlo. Pensaba que era algo en mí. Sólo sentía un malestar constante. Pensaba que era porque no soy suficiente, lo suficientemente guapa, inteligente, buena… o porque era demasiado. Llevaba un cabreo extraordinario. A medida que iba creciendo me esforzaba para sobreponerme a no sentirme suficiente. En cuanto al enfado probé el activismo político en varios grupos. Pero esto me hacía más enfadada aún. De hecho reproducíamos los mismos patrones que proclamábamos querer cambiar. Por esto tomé la decisión de convertir mi vida en el medio de mi acción política: la manera en la que gano dinero y lo gasto y cómo me relaciono con mi congéneres, conmigo misma y con la naturaleza en su totalidad. 

Me convertí en traductora porque pensé que podría ayudar a la gente a entenderse y llevarse mejor para convivir en paz. En 1980 me mudé a Barcelona porque se estaba creando una joven democracia y quería participar en el proceso. Pero encontré trabajo sólo en la industria y acabé ayudando a explotar y contaminar la naturaleza. Por tanto, como traductora era parte del problema, cuando yo quería ser parte de la solución.

Era claro que el único lugar en el mundo en el que tengo cierto grado de poder para decidir lo que va y lo que no va es el espacio que ocupo con mi cuerpo. Por tanto tenía que entender realmente como funciona. Reinvertí lo que ganaba como traductora para estudiar varias cosas hasta que encontré un método que me permitía trabajar exactamente de la manera que había imaginado. En 1988 recibí el certificado de practicante del Duggan/French Approach de Reconocimiento de Patrones Somáticos y he trabajado como practicante de DFA desde entonces. En el mismo año empecé también a practicar en lo que ahora se llama Denominación Yun Hwa de Budismo Social Mundial.

Tanto el DFA como mi práctica budista me ayudaron a entender cómo el silencio de mis años mozos había dado forma a mi vida, mi experiencia e incluso mi cuerpo, y que provenía de trauma generado por dos guerras mundiales y la locura colectiva transmitida a través de las generaciones. Una vez que entendí el silencio descubrí profundas raíces en mi tierra, representadas por el velero y el sauce en la bandera de mi ciudad: es que mi trabajo ayuda a las personas a navegar las aguas del inconsciente y a alcanzar la orilla de la conciencia. De las ramificaciones de sus experiencias tejemos bonitas cestas.
Con estas raíces, mi mente queda libre para moverse por el amplio espacio abierto significado por el azul de la bandera de Gracia. Los lirios blancos son una ofrenda que hago en honor a mis ancestros. Representan la tarea que mi maestra me dio cuando me dio el nombre de Gak Hwa, Realizar Flor.


Esto es lo que estas banderas significan para mí.

Brigitte Hansmann
Barcelona, September 16, 2014 


Podrás leer el discurso original en inglés aquí: The banners of home

The Icebreaker: The Banners of Home

Home used to be Geesthacht, a little town in northern Germany. Since 1980 home is in Gracia, my Barcelona neighborhood. Let me tell you about the banners of Geesthacht and Gracia and what they mean to me. Geesthacht’s banner is white above and red below and in the middle it features an emblem with a sailboat on the river and a willow tree growing on the land. Gracia’s banner is blue with a stem of white lilies.
For over 800 years Geesthacht’s main industries were those represented on its banner: transport of goods and people on and across the river Elbe and the weaving of baskets. Does anyone of you know the smell of willow branches soaking in water? That smell is one of my childhood treasures.

Another is Eberhart, the steersman of the ferry across the river. I was five years old when I fell in love with him. He was tall, handsome, with weathered skin and reddish blond hair. I basked in the huge smile that used to light up his face, when he saw me.

World War II had been over for fifteen years.  It was the cold war. All through my childhood, adolescence and young adulthood, a silence weighing tons was threatening to crush me under its weight. At the time I wouldn’t have been able to name it. I thought it was something in me. All I could feel was a constant discomfort. I thought it was because I was not enough… not smart enough, not pretty enough, not good enough…or too much, too angry… because I was angry as hell.

As I grew up, I did my best to get over not feeling enough. As for the anger, I tried activism in various political groups, but that didn’t work out, because it made my anger only bigger. We kept reproducing the very same patterns we proclaimed we wanted to change. Therefore I decided that my means of political action was going to be my life, the way I make money and spend it and the way I relate to my fellow human beings, myself, and nature as a whole.

I became a translator because I thought that I would be able to help people understand each other and live together in peace. In 1980, I moved to Barcelona because there was a young democracy to be built and I wanted to be part of the process. But I found work mostly in industry and ended up helping to exploit and pollute nature. Thus, as a translator I was part of the problem, when I wanted to be part of the solution.

It was clear that the only place in the world where I really have a certain amount of power to decide what goes and what doesn't is the part that I occupy with my body. I had to really understand how it works. I reinvested the money I made as a translator and studied different things, until I found a method that allows me to work exactly the way I had envisioned. In 1988 I was certified as a practitioner of the Duggan/French Approach to Somatic Pattern Recognition and have worked as a DFA practitioner ever since. At that time I also began to practice as a member of what is now called the Yun Hwa Denomination of World Social Buddhism.  
Both DFA and my Buddhist practice led me to understand how the silence of my early years had shaped my life, my experience and even my body, and that it had come out of trauma, generated by two world wars and collective madness, transmitted from generation to generation. With the silence out of the way, I was able to recognize that the boat and the willow tree on Geesthacht’s banner actually are deep roots for my life: my work helps people navigate the waters of the unconscious and reach the shore of awareness. Out of the ramifications of their experience we weave beautiful baskets.
With these roots, my mind is free to move in the wide open space represented by the blue in Gracia’s banner. The white lily I offer in honor of my ancestors. It represents the task my master gave me when she named me Gak Hwa, Realize Flower. 

This is what these banners mean to me.

Brigitte Hansmann
Barcelona, September 15, 2014

Spanish translation and comment about the speech

jueves, 11 de septiembre de 2014

Durante la preparación del romprehielo - During preparation of the icebreaker


Estoy preparando mi primer discurso en el Club Sagrada Familia de los Toastmaster, para refinar mis habilidades para hablar en público. Al primer discurso lo llaman rompehielo, o mejor dicho, icebreaker, porque es un club bilingue y los Toastmasters tienen su origen en EEUU. Pues, pensando en el icebreaker, me iba veniendo la imagen de la flota de rompehielos en el puerto de mi ciudad natal. Tanto fue así que al final me fui a buscar esa imagen en los libros que tengo de Geesthacht y en internet. La imagen en mi cabeza no la encontré en ningun otro lugar, pero encontré algunas en internet. Sobre todo me enteré de que, entre tanto, la flota ha aumentado a nueve barcos rompehielo. Adjunto una foto de la última incorporación. Se llama Keiler, que es un jabalí macho. Todos tienen nombre de animales fuertes como búfalo, bisonte, etc. La parte baja de la proa es bien redondeada para que pueda deslizarse suavemente sobre el hielo y romperlo con su peso. Me encanta la imagen. Espero que mi discurso será así: bien redondeado en la parte baja de la proa para que pueda deslizarse suavemente sobre el hielo y romperlo con su peso.
Aquí encuentras información sobre el Toastmasters Club Sagrada Familia . Ya puedes leer el discurso en este blog


I am preparing my first speech at the Sagrada Familia Toastmaster Club to refine my public speaking skills. They call the first speech the icebreaker. Well, thinking about the icebreaker I kept having this image in my head of the fleet of icebreakers in the harbor of my hometown. It was so much so that I set out to see if I could find that image somewhere in a book or internet. I didn't find the picture I had in my head, but I found some others. Above all, I found out that meanwhile, the fleet has increased to include 9 icebreakers. The photo is of the most recent incoporation in 2011. Her name is Keiler, that is a wild boar. They all have names of strong animals, Bufalo, Bisont and such. The lower part of the prow is well rounded so that it can slide smoothly onto the ice and break it with its weight. I love the image. I hope my talk will be like that: well rounded at the bottom of the prow, so it can slide smoothly onto the ice and break it with its weight.
Here you will find information about the Sagrada Familia Toastmasters International Club  You can read my speech in this blog.

domingo, 24 de agosto de 2014

Die zwei Fahnen meiner Heimat: Geesthacht und Gracia


Seit Jahren hätte ich gern das blaue Banner mit Lilien von Gracia, dem Stadtteil von Barcelona, wo ich zu Hause bin, um es zur Feier der Festa Major zu hissen. Bis jetzt ist es mir noch nicht gelungen, eines zu erwerben. Aber inzwischen weiss ich, wo es gemacht wird. Mit einem bisschen Glück werde ich im nächsten Jahr eins neben die Flagge von Geesthacht hängen können, die ich in diesem Jahr zum ersten Mal auf einen Mast gezogen habe.
      Wie ihr Wappen schon verrät, ist meine Heimatstadt in Norddeutschland ein Ort der Schiffer und Korbmacher. Die erste grosse Liebe meines Lebens war Eberhard, der Fährmann auf der Elbe zwischen Geesthacht und Niedermarschacht. Ich war fünf und über beide Ohren in diesen wunderbaren Mann am Ruder der Fähre verliebt. Auch der Duft von eingeweichten Weidenzweigen in der Werkstatt eines der letzten Korbmacher von Geesthacht findet seinen Weg von meinem fünften Lebensjahr zum heutigen Tag und nährt meine Seele. All das war verdeckt von einer dicken Schicht von Unwohlsein, das mein Leben von Anfang begleitet zu haben scheint. Als ich jung war, gelang es mir durch alle möglichen Strategien, mich darüber hinwegzusetzen. Ab einem gewissen Alter aber wurde das immer schwieriger. Statt weiter zu versuchen, ihm aus dem Weg zu gehen, beschloss ich, mich mit dem Unwohlsein vertraut zu machen und es zu erforschen, um zu verstehen, was mir auf dem Magen liegt, und es langsam verdauen zu können. So kamen dann auch schöne Erinnerungen, wie der Duft in der Korbmacherwerkstatt, wieder zum Vorschein. Erstaunlicherweise entdeckte ich auch eine Verbindung zwischen meinem Unwohlsein und den Dynamit- und Pulverfabriken, der Hauptindustrie von Geesthacht zwischen 1878 und 1945 (mit Ausnahme einiger Jahre nach dem ersten grossen Krieg). 
      In den Büchern über jene Fabriken, die meine Eltern mir vermacht haben, sprechen Leute darüber, wie wichtig es für sie war, einen Lebensunterhalt verdienen zu können, über die Gelegenheit eine Schulbildung für ihren Nachwuchs zu sichern, über die guten Wohnungen, die ihnen zur Verfügung gestellt wurden, über solcherlei Dinge eben. Keiner sprach davon, was sie darüber empfanden, Substanzen herzustellen, die dazu dienen zu töten, zu verletzen und zu zerstören. Höchstwahrscheinlich hatten sie keinerlei Bewusstsein davon. Auch erwähnte niemand, wie sie sich gegen Ende des zweiten Weltkrieges fühlten, als die Engländer auf der anderen Seite der Elbe waren und den gesamten Ort unter Beschuss hielten. Die Leiter der Fabriken und der Bürgermeister drängten darauf, zu kapitulieren, denn wenn die Sprengmittel- und Pulverarsenale in die Luft gegangen wären, hätte das die totale Zerstörung in einem kilometerweiten Umkreis bedeutet, wie ich später aus einem anderem Buch erfuhr. Trotzdem wurden Schützengraben ausgehoben, um die Stadt "zu verteidigen". Es dauerte Tage bis die Wehrmachtsleitung die Kapitulation zuliess.
      Während des zweiten Weltkrieges war mein Grossvater Offizier der Wache der Pulverfabrik. Als ich zur Welt kam, waren gerade mal zehn Jahre vergangen seit dem Ende des Krieges. Es lastete ein tonnenschweres Schweigen auf meiner Kindheit und einem grossen Teil meines erwachsenen Lebens. Möglicherweise gehörte das, worüber nicht gesprochen wurde, in erster Linie zur privaten Sphäre meiner Familie, doch der Ursprung in der kollektiven Gewaltanwendung ist klar ersichtlich. Wenn ich gewisse Vorgänge in meiner Familie im Kontext der Erlebnisse meines Grossvaters während der beiden grossen Kriege und seiner Funktion als Wachoffizier der Pulverfabrik betrachte, werden Zusammenhänge sichtbar, die mein Unwohlsein erklären. Dadurch wird es möglich, Abstand zu nehmen und Stellung zu beziehen. Unterhalb der Bewusstseinsschwelle hingegen werden Trauma, Schuld und Schmerz in Schweigen gehalten und von Generation zu Generation weitergegeben.
      Ich brauchte einen Abstand von 2000 km und mehr als 30 Jahre um das Verschwiegene zu verdauen, um zu assimilieren, was fürs Leben nützlich ist, und den Rest auszuscheiden. Ich freue mich, dass ich die Flagge von Geesthacht habe, und bin dankbar, dass sie die Geschichte der Schiffer und Korbmacher meiner Heimat in mir am Leben erhält. Das Unwohlsein klärt sich, solange ich die Wut, Ohnmacht und die Angst erkenne, aus der es besteht, und den Sinn, der sich im Rahmen der Erlebnisse meiner Eltern und Grosseltern daraus ergibt. Ohne diesen Blick ins Innere auf die Empfindungen, die zu den anfänglichen Bedingungen meines Lebens gehörten, weil sie das Empfinden meiner direkten Umwelt beherrschten, wäre ich wahrscheinlich krank geworden und würde durch Unbewusstheit gerade das wiederholen, was ich genau wie jeder andere auch mir gern vom Leib halten würde.
      Ich habe es zu meiner Aufgabe gemacht, die köperlichen Empfindungen zu identifizieren, die unter den Bedingungen der anfänglichen Lebensabschnitte entstanden sind und zu grundlegenden Überzeugungen hinsichtlich der Welt, des Lebens und der eigenen Person wurden. Wenn die aus ihnen entstandenen automatischen Verhaltensmuster bewusst erlebt werden, wird es möglich einen Freiraum zu schaffen, der die Möglichkeiten eines schöpferischen Lebens und einer wirksamen Vorbeuge und Gesundheitspflege beträchtlich erweitert.
      Unabhängig von der wirklichen Geschichte des blauen Banners von Gracia mit seiner weissen Lilie, die ich ehrlich gesagt gar nicht kenne, ist es für mich die Fahne der Heimat, die mir den Abstand ermöglicht hat, den ich brauchte, um mit meiner Herkunft ins Reine zu kommen. Mal sehen, ob ich als Privatperson eins dieser blauen Banner mit Lilie haben darf, so dass ich zur nächten Festa Major beide Fahnen meiner Heimat hissen kann.

viernes, 22 de agosto de 2014

Les dues banderes de casa meva a les festes de Gràcia


Les banderes de casa meva: Geesthacht i Gràcia
Fa anys que voldria hissar la bandera de Gràcia, blava amb una flor de lis, per celebrar les festes de Gràcia, el barri de Barcelona on visc. Encara no he assolit fer-la ondejar a casa nostra. Però ara sé on es fan aquestes banderes. Amb sort, l’any que ve en tindré una per posar-la al costat de la bandera de Geesthacht que enguany vaig hissar per primera vegada.
Tal com el seu escut anuncia, la meva ciutat natal al nord d’Alemanya és un lloc de de barquers i cistellers. El primer amor de la meva vida era Eberhard, el barquer que portava el transbordador per creuar el riu Elbe entre Geesthacht i Niedermarschacht. Jo tenia cinc anys i adorava la seva figura magnífica al timó. També l’olor de les branques de salze en remull a ca d’un dels últims cistellers de Geesthacht troba el seu camí dels meu cinc anys fins al dia d’avui i nodreix la meva ànima. Tot això estava cobert per una gruixuda capa de malestar que sembla haver-me acompanyat des dels inicis de la meva vida. Quant era jove assolia sobreposar-me mitjançant una multitud d’estratègies. A partir de certa edat això es va fer cada cop més difícil. Enlloc de seguir intentant eludir-lo, vaig decidir familiaritzar-me amb el malestar i explorar-lo per comprendre què era allò que em feia sentir malament i poder digerir-lo mica a mica. Aleshores també varen tornar a aflorar el records bonics com l’olor al taller del cisteller.  Em va sorprendre descobrir una relació entre el meu malestar i les fàbriques de dinamita i pólvora, la indústria principal de Geesthacht entre el 1878 i el 1945 (a excepció d’alguns anys desprès de la primera gran guerra).     
Als llibres sobre la història d’aquestes fàbriques, que vaig heretar dels meus pares, parlen persones que hi varen treballar i parlen de lo important que va ser per ells poder guanyar-se la vida, de les oportunitats d’educació pels fills que comportava, dels bons habitatges als que els va donar accés i de coses d’aquesta mena. Enlloc es parla de què ells feia sentir emprar la seva força de treball per fabricar substàncies destinades a matar, ferir i destruir. Lo més segur és que no en tenien consciència.
      Durant la segona guerra mundial el meu avi va ser oficial a la guàrdia de la fàbrica de pólvora. Quant vaig néixer tot just havien passat deu anys des de la fi de la guerra. Hi havia un silenci que pesava tones damunt tota la meva infantesa i bona part de la meva vida adulta. És possible que allò de lo que no es parlava a la meva família pertanyia a l’àmbit personal de la meva família, però la relació amb la violència col•lectiva es vau clarament. Si miro certs esdeveniments a la meva família dins el context de les experiències del meu avi durant les dues guerres i de la seva funció de guàrdia a la fabrica de pólvora, apareixen relacions que expliquen el meu malestar. Aleshores esdevé possible distanciar-me i posicionar-me al respecte. Per sota el llindar de consciència, en canvi,  el trauma, la culpa i el dolor es guarden en silenci i es transmeten de generació en generació.
Vaig necessitar una distància de 2000 kilòmetres i més de 30 anys per poder pair allò tant pesant, per assimilar el que és útil per viure i eliminar la resta. M’alegro de tenir la bandera de la meva ciutat i em sento agraïda perquè manté viva la història del barquers i cistellers de casa meva. El malestar s’alleugera mentre reconec la ràbia, la impotència i la por que el composen i el sentit que se’n desprèn en el context de les vivències del meus pares i dels meus avis. Sense aquesta mirada cap a dins sobre les sensacions que pertanyien a les condicions inicials de la meva vida perquè dominaven el sentir del meu entorn directe, probablement hauria caigut malalta i repetit per inconsciència allò que crea i recrea el malestar.
He convertit en tasca meva identificar les sensacions corporals que tenen el seu origen a les fases inicials de la vida i es converteixen en les conviccions i creences fonamentals relatives al mon, la vida i un/a mateix/a. En experimentar els patrons de conducta automàtics que es varen crear al voltant d’elles de forma conscient, esdevé possible crear una marge de llibertat que eixampla les possibilitats d’una vida creativa i de prevenció de malaltia i cura de la salut eficaços de forma considerable.
Independentment de la veritable història de la bandera blava de Gràcia amb les seves flors de lis, la qual per dir la veritat ni tan sols conec, per mi és la bandera de casa meva, del lloc que m’ha permès la distància que necessitava per fer les paus amb la meva procedència. A veure si com persona privada podré tenir una d’aquestes banderes blaves amb flor de lis per poder hissar a la propera festa major les dues banderes de casa meva.

martes, 29 de julio de 2014

A View from the “Emergency Routine” under the Iron Dome

The other day I stumbled over a text a man who I greatly respect deems important. This man is Eshel Ben Jacob, one of the world's leading experts in biocomplexity, the theory of self-organization and pattern formation in open systems. The author of the text is Haim Harari, a theoretical physicist, like Eshel who is also an experimental physicist. Both live in Israel. The text was in a format I don't know how to share. So I copied it into this blog.

As a native German, born ten years after the end of world war II (I refuse to capitalize it), I am particularly sensitive to the views exposed in Mr. Harari's text about the "emergency routine" in present day Israel. As a native of Geesthacht, home to grand-scale dynamite and gunpowder manufacturing facilities between the end of the 19th century until 1945, I would like the information about who builds and sells the military equipment used and destroyed daily in the conflicts mentioned in this text to made public, in what countries they are situated, as well as the names and benefits of the major shareholders and executive officers and the names and benefits of the politicians whose decisions condone their activity. As a researcher and DFA practitioner of Somatic Pattern Recognition I would like to know about the health of these people and particularly about the health of their spouses and offspring, because the latter often "pay the price" of guilt denied by those who feel justified to inflict harm, who reep benefit from it or turn away from it.


I am writing this one hundred years and one day after world war I was started out of greed. The traces of the trauma generated by the violence it bred run deep and are still active, even generations later. Unless trauma is resolved and an inner balance is restored, the system remains reactive to it, generating again and again situations in which it seems appropriate to feel and behave in the same manner. To restore inner balance it may be necessary to recognize and acknowledge the feelings one has kept at bay to assure survival during the immediate threat, particularly one's guilt, if one has caused harm out of greed and hatred. If guilt is denied by those who are guilty,  it is passed on to the next generations whose only chance to gain freedom from it is in recognizing the pattern our forefathers' denial has generated in us and reorient our behavior so as to try our best to learn from our predecessors' mistakes. The same is true for the offspring of people whose pain or fear or anger has been too threatening for them to metabolize it. We have to stop and look at what we are doing and feeling, each of us individually and as members of the human collective.

I wonder why the Gaza conflict is being presented in the media without mentioning in any way the information detailed in the text below. It is not the only one, I have received a similar reports from another source.

Brigitte Hansmann
Barcelona, July 29, 2014

A View from the “Emergency Routine” under the Iron Dome

Haim Harari

These lines are written ten days after the beginning of the latest Gaza conflict and thirteen years since the Hamas started launching thousands of rockets from Gaza exclusively into Israeli civilian targets. It has also been nine years since Israel completely left the Gaza strip, and a few hours since the Hamas rejected two Egyptian cease fire proposals, and Israel launched a ground operation aimed at destroying Hamas offensive facilities.

In Israeli towns, near the Gaza border, 13 year old children celebrated their Bar Mitzvah without experiencing, since their birth, even one day free of fear of rockets, always having 15 seconds to reach for an improvised cover. High school graduates, the class of 2014, never went to school or returned from school, since kindergarten, without a real threat of a Hamas rocket hitting them on the way. It is debatable whether the children’s stress or their parents’ anxiety has more damaging long term effects. It is a hard competition.

The Hamas, which is the Palestinian branch of the Muslim Brothers, is openly committed to the annihilation of the State of Israel and to the extermination of all Jews, wherever they are. The United States, The European Union, Egypt and Israel consider the Hamas a terrorist organization. The Palestinian authority and most Arab countries treat the Hamas with suspicion, if not with animosity. They would be delighted if Hamas were destroyed, although they would not say so publicly. The amazing fact is that the only solid support of the Hamas comes, in recent years, from two countries: Qatar, an alleged staunch ally of the United States, home of the American Forces in the Gulf, and Turkey, a member of NATO, whose mask of moderation was lifted when the hot-headed Mr. Erdogan recently started making openly anti-Semitic statements, in the best traditions of Nazi Germany and the Muslim Brothers. The most disturbing factor of this unusual alliance is the mind boggling attitude of the United States and its President Barack Obama. The United States, “leading from behind”, as its current policy dictates, has consistently avoided helping the Egyptian negotiators, who tried to broker a cease fire between Israel and the terrorists. The Egyptians openly stated that President Obama has joined forces, in an unholy partnership, with Qatar and Turkey, supporting the Muslim Brothers, under the faint excuse of “they won the democratic election in Egypt”. They won? So did Hitler, after all.

Life in much of Israel is progressing on the basis of an unusual oxymoron: The Emergency Routine. This means going about your normal business, and getting, from time to time, into a barely protected area, not a real shelter, within 15 or 60 or 90 seconds, depending on the distance the rocket has to travel
from Gaza in order to reach your area. Parents bring their children to their place of work, if possible; grandparents are drafted as babysitters; little children are taught to lie face down on the floor when an alarm catches them outdoors, and they are more than a few seconds away from cover. A few minutes later, explosions are heard. Perhaps a rocket falling in an empty area; Often the protective “Iron Dome”defensive missile intercepts the intruder from the sky; sometimes a rocket falling in a built area, causing damage and bodily harm. And then life goes on till the next siren sounds.

The success of the “Iron Dome” is a milestone in the history of armed conflicts, comparable to the first appearance of tanks, submarines, missiles, and military airplanes. It allowed Israel to absorb more than a thousand rockets, solely intended for murdering civilian population, without one fatality. An incredible achievement, based on technological excellence, but also on pure luck. The Hamas rockets are sufficiently inaccurate to miss entire towns. This is a clear proof that their single goal is murdering civilians. You cannot pretend that a rocket, which misses an entire town, has been aimed at some strategic or military target, and the Hamas is not even trying to make such a claim. By any definition, this is a continuous, methodical and persistent pursuit of war crimes, by a murderous terrorist organization. The terrorists and their allies accuse Israel of deliberately harming civilians. No one, in the entire global history of wars, made a greater effort to avoid civilian casualties, by giving advance warnings and by avoiding clear military targets protected by human shields of women and children. If Israel would have been interested in harming civilians, nothing could stop it from killing hundreds or thousands per day. There is no evidence whatsoever of one deliberate case of harming civilians. The percentage of noncombatants accidentally hurt in Gaza is far smaller than anything ever seen in the American operations in Iraq or Afghanistan, or in the allied operations in Kosovo or Belgrade. That does not stop the entire world from accusing, preaching and pontificating to Israel. On the same day ninety(!) civilians die in a suicide murder in Afghanistan and one child is accidentally hit, together with an arch-terrorist, by Israel in Gaza. The ninety dead civilians get a small corner in the world media, while the Gaza casualties get major headlines. It is not who died and how many of them did, that the world cares about. It is who hit them, and who can be conveniently accused by finger pointing, says the smart money.

An interesting symmetry or, perhaps, asymmetry: the Hamas is shooting only at civilians, mostly children, women, elderly people and all others, and protects itself mainly by using civilians as human shields, almost exclusively children, women and elderly people. The young male terrorists, and their leaders, are well hidden in tunnels and bunkers under hospitals, schools and mosques. Israel is attacking only military terrorist targets, even if it regretfully and accidentally also hits civilians, and defends itself militarily with the successful Iron Dome anti-missile defense. A telling caricature in the Israeli press shows a dialogue between an Israeli wearing a helmet and a masked Hamas terrorist, “wearing” a little child over his head. The Israeli says: “Why don’t you stop these stupid rockets? We have an Iron Dome”. The Hamas guy responds, pointing to the little child: “We too”. And the Hamas fire continues, unabated.

The behavior of the Hamas is neither surprising nor is it hidden behind claims of “objectivity”. They are publicly and openly committed to murdering Jews (not only Israeli Jews, and not at all Israeli non-Jews; just Jews, plain and simple). But the “objectivity” of some of the global media is amazing. A BBC interviewer angrily asks the Israeli Ambassador to London: “How many Palestinians were killed? More than a hundred! And no Israelis were killed”. The Ambassador is supposed to apologize for the success in intercepting thousands of rockets, a success which somehow turns Israel into a violent aggressor. Flashback seventy years to the first half of 1945, with British forces advancing on all fronts inside Nazi Germany and relentlessly bombing one German city after another. How many German civilians and how many British civilians died in the first few months of 1945? Apparently Hitler was right! Shouldn’t he deserve our support, due to the huge number of dead German civilians in those days?

An “objective journalism” report by Steven Erlanger of the New York Times “explains” that 80% of the people in Gaza are refugees of the 1948 war, and that “the rockets that they launch are aimed at their own former towns and villages”. Many miracles happened in the holy land, but the Erlanger miracle is a real masterpiece. 80% are refugees? Anyone who was born in 1948 is at least 66 years old now. Anyone who was an 18 year old adult in 1948 is at least 84 years old. And these people, who may have indeed been refugees, 66 years ago, left places which were 15 minute (!!!) drive from Gaza, and are still persistently maintained and fed by the United Nations as refugees, rejecting any attempts to resettle them. But we are now told by the enlightened New York Times that 80% of the people in Gaza are refugees! For the average 25 year old Hamas terrorist, 1948 is something that happened 40 years before he was born, a similar time relation as World War I for a 60 year old European. Except that the European is not told, 24 hours a day, since his childhood, that all Jews must be slaughtered (The standard battle cry is: “Itbah Al Yahood”, meaning “Slaughter the Jews”, not even “Kill the Jews”). In the same 1948 war, an equal number of Arabs and Jews became refugees. The Jews left behind their enormous property in Iraq, Egypt, Morocco, Lebanon and other Arab countries. They moved to a newly born, very poor distant country with a different language, had absolutely no support from the UN and created an impressive miracle in the desert. The Palestinians moved by a fifteen minute drive to their own brothers in Gaza, and have been kept by them as hostages for 66 years, fed by the United Nations. Mr. Erlanger of the New York Times knows all of these facts but chooses to quote only the Hamas lies. Why? Perhaps because facts that he has known for decades are not news. Or is there some other reason?

For years Israel has been clearly stating that the Hamas, as well as its subcontracting terror organizations in Gaza, are using private homes, schools, mosques, kindergartens and hospitals as cover for ammunition supplies, bunkers hiding their leaders, and launching pads of rockets. Israel avoids hitting these locations, except if it has clear intelligence that the place has no civilians. Numerous videos proved the point, both in the present operation and in the previous two rounds, by showing huge secondary explosions, after an Israeli missile destroyed the hiding place: A first explosion of the Israeli missile itself and a secondary, much more impressive, blast, of the stored rockets (or, perhaps, of the incendiary school textbooks, or the explosive oriental carpets in the mosque). But now, on July 17, 2014, UNRWA, the United Nations Agency which feeds the Palestinians for 66 years, at Western taxpayer expense, admitted publicly that they have discovered 20 ready-to launch rockets inside one of their schools. The UN statement refers to it as “for the first time”. Indeed, for the first time it was publicly confirmed by UN sources, but they obviously knew all along that this was a standard practice. Did this discovery make headlines in the Western press? That evening, CNN did not even mention it, but reported events which were less significant and which happened later. The New York Times website published a 500 word report on Gaza, with the “rockets in the school” story buried two lines from the bottom of the report. In a way, they are right: This is not news. It has been known for years. But these are the same media sources that pretended that no such things have ever happened. So perhaps it is news?

There is also a war of pictures and video clips. The International New York Times, following an old tradition of its predecessor, the Herald Tribune, has a headline about Israel being hit by rockets, but the large photo is of the usual crying poor Arab woman. How many people read the article and how many see the photo? Pictures of smashed bodies of children, from the Syrian civil war, appear in Hamas propaganda as being murdered by Israel, copied by the international press. But here there is real news: The BBC notices it and complains! It seems that someone must have developed a new app for smartphones: Choose a picture of an old crying Arab woman, choose a photo of a big tank, arrange the woman of your choice in front of the threatening tank of your choice and publish in your newspaper or website. Endless such photos appear repeatedly in the Western press. Where do you find so many different old Arab women posing in front of tanks? In the 2006 Lebanon war, the same body of the same child was photographed, carried by several different Hizbullah operatives, all claimed by the figure captions to be his father. Many photos of the rubble of a destroyed terrorist position include another miracle: a dust-free bright-color clean teddy bear or other toy, miraculously surviving the destruction without a stain or a speck of dust. But a new record is broken in the current conflict: In 2011, in broad daylight, a Hamas squad, near the Israel-Gaza border, spotted a clearly marked school bus. It deliberately launched an anti-tank missile into the school bus, which had luckily just returned from depositing the children. There was one boy in the bus. He wanted to go for a ride with the bus driver. The boy was killed. Now, in July 2014, the Hamas, eager to boast about some of its “victories”, proudly replayed everywhere the three year old video of the great military triumph of hitting a school bus.

Flashback to September 12, 2001, the morning after the Al Qaida attack on the World Trade Center. Imagine the Prime minister of Britain or Canada or Germany, calling a press conference, and making only the following statement: “We support the right of the United States to self-defense, and we call upon both sides to exercise restraint”. Do we need to add one word? Yet, following thousands of Hamas rockets, aimed exclusively into Israeli civilian targets, the spokesperson of the White House announced at the beginning of the Israeli operation: “We support the right of Israel to self-defense, and we call upon both sides to exercise restraint”. Does President Obama endorse this statement? May we assume that it reflects his views? Is his consistent support of the Egyptian Muslim Brothers, against President Al-Sisi of Egypt, now extends also to the Hamas niece, a daughter of the (Muslim) Brothers? In contrast, Germany’s Angela Merkel is loud and clear, condemning the Hamas, standing by Israel and supporting its actions. A brave lady. About people like her, it was said: “Being a leader is like being a lady. If you need to prove it, you are not.”

When Israel declared the beginning of its ground attack, Secretary Kerry, a proven successful Middle East expert, warned Israel to go exclusively after the Hamas tunnels. Presumably, if the Israeli forces encounter rocket launchers or terrorist leaders outside of tunnels (e.g. in schools and mosques) they should not touch them. The entire Middle East and much of the Muslim world are burning. Iraq is in flames. Syria is destroyed. Libya and Yemen are in civil wars. Lebanon is occupied by a terrorist organization. Sudan and Somali are non-governments hosting freely roaming terrorist entities. Nuclear Pakistan is endangered by the Taliban. Qatar and Turkey support the Hamas. Hamas is trying to infiltrate the Egyptian Sinai. Bahrain is encroached by Iran. Afghanistan is in deadly chaos. Iran is developing nuclear weapons. But Israel, absorbing thousands of rockets, should only go after the tunnels, nothing else, and exercise restraint! Indeed, leading from behind.

Prime Minister Erdogan of Turkey has now stated: “Since its founding in 1948, Israel has been performing genocide every day”. He is also openly threatening the Jewish community of Turkey and his followers attack the Israeli Embassy, with the Turkish police closing one and a half eyes. But the total combined number of Arabs and Israelis, military and civilians, killed in one hundred years of conflict, since 1920, with endless terrorism, and more than ten rounds of vicious fighting, is still less than 10% of the number of Armenians butchered by Turkey in a very short time. This is the same Mr. Erdogan, who is openly and consistently supporting the Hamas murderers, and who is also supporting the Muslim Brothers everywhere in the Arab world, yet is a leading member of NATO, and is allegedly a military ally of all Western European nations, as well as of the United States and Canada. This is also Mr. Erdogan who has been declared to be “my very close friend” by President Obama. How can the US and all EU nations explain the fact that their military ally, whom they must defend, if attacked, is openly supporting an organization (Hamas) which all of them define as a terrorist organization? Isn’t it time to reconsider Turkey’s membership in NATO, in view of its open support of terror? Did we hear one negative comment about the explicit anti-Semitism of Erdogan, from one of Turkey’s allies?

The European and American radical Left marches together with the Islamist Jihadists in the streets of the Western World, condemning Israel. A very interesting coalition: “Human rights advocates” support dictatorships which stone criminals and amputate their hands and using children as human shields; “Peace loving activists” support suicide bombing, rockets on civilians and numerous other atrocities; Feminists endorse those who treat women like low animals and murder them “to save the honor of the family” when they are raped; Gay rights organizations collaborate with those who execute gays, just because of their sexual preference. There is not one attribute of Fascism that does not apply to the Muslim Brothers and their associates, including, of course, the Hamas, the Palestinian Branch of the Muslim Brothers. The green flags of Islamic Fascism mix well with the Red flags of a deranged Radical Left, making a mockery of every good thing for which socialism used to stand. May I suggest an appropriate name for the city square in which these people march, shoulder to shoulder? Call it “Piazza Ribbentrop-Molotov”. It all happened before, and the one joint target of their hatred, the single common item on their political platform, was always the Jews. The regretful fact that some of the most virulent demagogues are self-hating Jews, does not change this conclusion. “Nothing new under the sun” said the wise biblical King Solomon.

Even under the barrage of rockets, Israel continues to send trucks with food and medicines to Gaza, providing Gaza with much of the electricity needed for producing new rockets, and accepting ailing Palestinians into its good hospitals. Perhaps someone should inform Erdogan? Or tell the hateful and blind radical left allies of the Jihadists? We might even face a malpractice suit for treating a sick Palestinian, coming from the creative brain of a blind agitated radical demonstrator somewhere. Israel has also been treating numerous wounded civilians from the horrible Syrian civil war, which produced in one year more refugees than 100 years of Israeli-Palestinian confrontation. Has anyone heard of these refugees?

A Hamas rocket hits the high voltage line leading electricity from Israel to Gaza. Hamas and the objective United Nations demand that Israeli workers will risk their lives, providing immediate repairs, as befits a loyal and good friendly customer. If the line is not repaired, two major difficulties might arise: Israel will cause a major humanitarian crisis and the next Hamas rocket will not be able to hit again the power line. It seems that the second of these is the one that really bothers Hamas, because nothing would suit their propaganda more than a self-inflicted humanitarian crisis. In the past, before Egypt closed the tunnels connecting Gaza and Egypt, the Hamas was routinely attacking the food trucks coming from Israel. After all, Hamas operatives received fat commissions on anything transported through the tunnels, and the Israeli trucks were not part of this lucrative business. Just watch the big mansions that the Hamas leaders built for themselves in Gaza. It was a flourishing organized crime scene, complete with “protection fees”, known to all, but mentioned nowhere in the global media. The new Egyptian regime, declaring Hamas a terrorist organization, blocked the tunnels, putting an end to the bonanza. Hamas cannot pay salaries to its thousands of employees. Hence the urgent need for an exciting war.

Sigmund Freud, the great Viennese father of psychoanalysis, was a great expert on dreams. When the Hamas barrage of rockets into the center of Israel started, we happened to host a Viennese Psychiatrist, as our guest at the Weizmann institute. He had an amazing dream, worth reporting here. On the day preceding his dream, the Hamas aimed rockets, for the first time, in the direction of Jerusalem. They were intercepted, like most rockets aimed at populated areas, by the successful Iron Dome defensive system. The remarkable dream of our Viennese guest went like this: A Hamas rocket from Gaza, aimed at Jewish Jerusalem, hit the Al Aqsa mosque. The United Nations Human Rights Council immediately called for an emergency session, and severely condemned Israel for the war crime of not intercepting the rocket with the Iron Dome.

July 18, 2014

viernes, 4 de julio de 2014

La coca de ceba

Sempre em pregunteu com la faig. A partir d’ara podré enviar-vos l’enllaç.


Primer tallo set cebes grosses a juliana i les sofregeixo amb una mica d’oli, sal i pebre a foc lent, o molt lent, a una paella grossa amb tapa. Aleshores, normalment, em poso a fer un pastís. Quant el pastís està al forn faig la massa per la coca.
250 g de farina d’espelta
mig sobre de llevat en pols (faig servir una marca bio, abans ho feia amb royal)
5 cullerades soperes d’oli d’oliva
Un grapat de sal
12-14 cullerades soperes d’aigua tèbia
Amassar i estendre amb un rodet damunt un paper pel forn fins que sigui prou gran per omplir la safata del forn i pujar una mica pels costats ja que, fent xup-xup durant be-be una hora o hora i mitja, la ceba ha tret bastant de suc i cal contenir-lo. Faig servir un paper pel forn perquè facilita molt les coses, tant per estendre la massa com per treure la coca de la safata després de fornejar-la i fins i tot per transportar-la, si la has de dur algun lloc. A l'estendre la massa segurament ha quedat amb una forma una mica irregular; aleshores talles els trossos que sobresurten de la vora de la safata i les afegeixes on falta, per tenir un motllo que pot contenir la ceba amb el seu suc.
Un cop que tens la ceba damunt la massa estesa a la safata, talles tomàquets dissecats (instruccions més avall) a tires i les distribueixes com més t’agradi. També hi poses l’oli que ha vingut amb els tomàquets. Piques un bon grapat de julivert i també el distribueixes damunt la coca i ho poses al forn durant uns vint minuts a 200º (això és al meu forn que és de gas i va molt bé, als forns elèctrics em sembla que haurà de ser més temps. Serà qüestió de provar.) Quant la massa es veu una mica daurada pels cantons i ha començat a despendre’s de les vores de la safata, està al punt ideal per treure-la del forn.
Una variant és treure-la del forn quant falten un parell de minuts i posar-li una dotzena d'ous de guatlla. Tornar al forn un parell de minuts més i apa!
Per tenir tomàquets sempre que els vulguis, compra tomàquets dissecats (al sol) a una botiga de productes ecològics o al mercat a la parada de fruits secs). Tires aigua bullint damunt i els deixes una estona, entre 10 i 30 minuts, segons el que tinguis a fer mentre. Els escorres i dins una olla els cobreixes amb oli d’oliva junt amb unes dents d’all i una mica de romaní i farigola. Poses l’olla a foc molt lent, per escalfar-lo fins a 60º max. Després ho poses a un pot de vidre que es guarda perfectament dins de la nevera o fora durant mesos i mesos. Quant vulguis tens  tomàquets per la coca o per uns espaguetis quant no tens res més per fer una salsa.

domingo, 22 de junio de 2014

¿Cómo sería tu vida, si pudieras contar con el apoyo del mundo entero? 28 de junio



¿Te imaginas cómo sería tu vida, si pudieras contar con el apoyo del mundo entero para hacer lo que te gusta hacer e ir a donde quieras ir? ¿Qué harías? ¿Dónde irías?


Este apoyo está a tu alcance. El campo gravitatorio de la Tierra nutre tu cuerpo con una energía que te confiere una sensación de elevación y facilidad en el movimiento, una sensación de vivir y moverte al unísono con una fuerza mayor. No hace falta más que descubrir cómo ocupas el espacio con tu cuerpo y en qué relación te mantienes con las coordenadas del campo de fuerza mayor de la Tierra. Puedes aprender a sentirlo y orientarte para encontrar, momento a momento, la relación que mejor te sirve para lo que quieras hacer e ir a donde quieras ir.
Este sábado, 28 de junio, tendrá lugar el último paseo de ‘Respirar con árboles’ de la serie programada. Si pensabas que algún día participarías, esta será tu oportunidad. Si en esta fecha no te es posible, en este enlace te puedes descargar unos archivos con mi voz para acompañarte en tus paseos a tu conveniencia. 

Pero si quieres contar con la presencia de una persona entrenada que te puede ayudar a  orientar tu atención y a reconocer las sensaciones que te permiten encontrar la mejor relación mejor posible entre el ser vivo que eres y el mundo material del cual formas parte, formaliza tu inscripción en este paseo-taller o pide hora para una sesión individual.

Respirar con árboles - Taller de DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos en Cádiz

Apoyo y libertad de movimiento

7, 8 y 9 de noviembre de 2014
en Cadiz

¿Te imaginas cómo sería tu vida, si pudieras contar con el apoyo del mundo entero para hacer lo que te gusta hacer e ir a donde quieres ir?¿Qué harías? ¿Dónde irías?

 
Este apoyo está a tu alcance. El campo gravitatorio de la Tierra nutre tu cuerpo con una energía que te confiere una sensación de elevación y facilidad en el movimiento, una sensación de vivir y moverte al unísono con una fuerza mayor. No hace falta más que descubrir cómo ocupas el espacio con tu cuerpo y en qué relación te mantienes con las coordenadas del campo de fuerza mayor de la Tierra. Puedes aprender a sentirlo y orientarte para encontrar, momento a momento, la relación que mejor te sirve para lo que quieras hacer e ir a donde quieras ir.

Cuando el apoyo de la gravedad falta, debido a un mal alineamiento, los tejidos que componen el cuerpo quedan embebidos de contenidos emocionales irresueltos del pasado que permanecen guardados justo por debajo del umbral de la conciencia desde donde informan la visión de uno mismo, de la vida y del mundo. El flujo de sensaciones queda atrapado en patrones repetitivos sin poder percibir con claredad lo que está pasando de verdad. Entonces, a menudo, la vida parece como si tuviéramos que llevar al mundo a cuestas o como si fuera una lucha constante contra oponente invencibles.
 

Cuando los patrones tienen su origen en experiencias traumáticas, a menudo trastornan los  modos saludables de funcionar, llevan a conductas maladaptadas y estallidos desproporcionados de emoción.

         

La energía emocional acumulada desde hace muchos años, tal vez incluso desde los mismísimos inicios de la vida, refleja las condiciones iniciales de su origen en las sensaciones fluctuantes del cuerpo. Mientras las proyectamos sobre el entorno y las personas a nuestro alrededor permanecemos víctimas de las circunstancias. "Soy así" decimos. "El mundo es de esta manera." "Así es la vida y no hay nada que se pueda hacer." 
Si reconocemos el flujo de las sensaciones en el propio cuerpo sin juzgarlas, rechazarlas ni codiciarlas, entrenamos el aspecto receptivo de nuestra psique, que tiene la capacidad de traducir en imágenes toda información sensorial. Al mismo tiempo disciplinamos la parte primitiva del aspecto incisivo de nuestra psique que rechaza lo que no nos gusta, persigue con avidez lo que nos gusta e ignora lo que no nos interesa. Con el tiempo la capacidad incisiva se desarrolla para comprender en su contexto la información que la parte receptiva le presenta en forma de imágenes, ritmos, sabores, olores, sensaciones, independientemente de si nos parece agradable o no. 

El alineamiento con la fuerza mayor del campo gravitatorio de la Tierra nos ofrece un contraste que permite tomar conciencia de los patrones de tensión y las creencias que mantienen fijadas para poder re-examinarlas y descubrir en qué medida siguen válidas en la vida presente.
A través de la respiración y la conciencia del cuerpo en los movimiento cotidianos, caminar, estar de pie, sentados, tumbados, etc., exploramos la relación del cuerpo con el campo gravitatorio de la Tierra para encontrar una relación con el máximo de apoyo y el mínimo esfuerzo que permite calmar las aguas agitadas por la emoción e hincharlas con la energía de la Tierra. De este modo será posible soltar la energía de las improntas inconscientes de experiencias pasadas e integrar el conocimientos que nos ofrecen.


 
Una vez integrada en la experiencia consciente, en vez de arrastrarnos hacia abajo, hasta la carga pesada de un pasado traumático nos ayuda a avanzar en la vida. 


Junto con muchos otros seres vivos, los árboles generan una atmósfera apta para la vida. A través de la respiración exploramos cómo nos relacionamos con esa atmósfera, los seres que la generan y la Tierra que la sostiene. Con la experiencia de apoyo en el mundo material nos sentimos parte de él y ganamos acceso al núcleo del ser vivo que somos cada uno. Desde allí también nosotros podemos participar en la generación de una atmósfera apta para la vida.

Taller residencial en plena naturaleza. Al concluir el taller tendremos la oportunidad de plantar árboles frutales.

Imparte: Brigitte Hansmann
7 de noviembre de 19 h a 21 h
8 de noviembre de 10 h a 18 h, con descansos 
9 de noviembre de 10 h a 14 h 

Más información próximamente