martes, 19 de diciembre de 2017

Felices festes - Felices fiestas


Que tothom, sense excepció pugui estar amb la gent que estima i que els estima! També els quatre llaços grocs!
¡Que todos, sin excepción, pueda estar con la gente que ama y les quiere! También los cuatro lazos amarillos!
 

lunes, 11 de diciembre de 2017

La ley y las agencias encargadas de asegurar su cumplimiento – Una perspectiva arquetípica

Hacia una solución del conflicto hispano-catalán (3)

Para llegar a entender una cosa desde una perspectiva arquetípica, hay que preguntar: ¿Cuáles son las cualidades, propensiones y tendencias esenciales de esta cosa? ¿Cuál es su función? En cuanto a la ley y las agencias encargadas de asegurar su cumplimiento, ¿qué es lo esencial?

En jurisprudencia, la ley constituye un sistema de reglas que regulan la conducta. Es creada y aplicada por instituciones gubernamentales y sociales. Apunta a regular el trato que los miembros de una comunidad dispensan unos a otros y a asegurar que este sea de respeto y de igualdad.

Las leyes pueden pertenecer a diferentes áreas, como el derecho civil, el derecho penal, el derecho constitucional, etc. Cada una de esas áreas se caracteriza por sus propias cualidades esenciales. Con el paso del tiempo, la ley debe adaptarse a realidades sociales cambiantes. Por ejemplo, durante un período de la historia, la ley permitía a ciertos hombres desvirgar todas las mujeres en su esfera de poder. En tiempos actuales sigue habiendo personas que aún se sienten con el derecho de hacer valer semejantes demandas, pero lo sociedad ha cambiado y ha desarrollado medios para proteger a las mujeres de esa clase de pretensiones. No obstante, asegurar el cumplimiento de leyes adaptadas a nuevas realidades sociales a menudo resulta difícil, ya que algunas personas, investidas de poder por el colectivo, tienden a creerse con el derecho de usarlo para obtener lo que desean.


En países democráticos con división de poderes la agencia encargada de adaptar la ley a las condiciones actuales, la legislación, reside en el parlamento. Si un gobierno no responde a cambios y no adapta las leyes que están en conflicto con pactos internaciones u otras realidades sociales, e incluso crea leyes para reprimir realidades sociales legítimas, no cumple con su función esencial.

En ciencia, las leyes son constataciones que predicen fenómenos, tal y como aparecen en la naturaleza. Reflejan relaciones causales fundamentales de la realidad, por ejemplo, la ley de Newton de la gravitación universal. Estas leyes se descubren; no se inventan. No hace falta asegurar su cumplimiento, ya que las cosas caen por su propio peso.

Otra palabra que describe la ley en este sentido es patrón. Los patrones regulan la conducta de toda clase de sistema, desde las unidades biológicas y físicas más simples hasta sociedades y galaxias. Los protones y los electrones siempre permanecen a cierta distancia unos de otros, a la vez que en su mayor parte permanecen juntos en formas determinadas que componen el mundo material en el que vivimos. Nuestro planeta tiene un lugar y una trayectoria determinados en el sistema solar del cual forma parte. A su vez, en la galaxia a la que pertenece, nuestro sistema solar ocupa una posición relativa a los otros sistemas que lo componen. Y lo mismo es cierto de la galaxia en el conjunto de la Vía Láctea. En cuanto salen de su huevo, los patitos siguen a lo primero que ven que se mueve, tomándolo como madre, aunque sea una pelota movida por un investigador en un laboratorio.

En función de las condiciones iniciales bajo las cuales se originó, un sistema sigue una atracción en una dirección determinada. La conducta del sistema queda limitada a un patrón reiterativo que sigue siempre la misma trayectoria, a no ser que aparezca una perturbación. Si la perturbación es lo suficientemente fuerte, la trayectoria se bifurca. A partir de ese momento existen dos trayectorias posibles. Mientras no existe más que una sola posibilidad, es prácticamente imposible tener consciencia de que la realidad puede ser más compleja de lo que se percibe desde el punto de vista de una única trayectoria estable. A partir del momento en el que existen dos opciones, empieza a ser posible tomar conciencia de cómo son esas opciones.

Esto es así, tiene estas cualidades y estos puntos débiles; ofrece estas posibilidades y lleva en esta dirección.
Colegios abiertos desde la tarde de viernes, 29 de septiembre, hasta la mañana del domingo, día del referéndum.

Aquello es de esa manera, tiene esas cualidades y esos puntos débiles; ofrece esas posibilidades y lleva en esa dirección.
Policías que siguen órdenes para impedir la celebración del referéndum

El sistema puede estabilizarse en una oscilación entre una forma de conducta y otra, por ejemplo, gobiernos de derechas e izquierdas, o abuso de poder y bancarrota moral por un lado y restauración de la justicia y ética por el otro; o puede llevar a una cascada de bifurcaciones. Una cascada de bifurcaciones conlleva una pérdida de control y de los puntos de referencia conocidos, o sea, un estado un tanto caótico. De entrada, eso da miedo, pero inherente al caos existe un nuevo orden. El sistema se reorganizará siguiendo los principios de orden inherentes al campo de fuerza en el que el proceso tiene lugar. Cuánto mejor alineado esté el proceso en el campo, tantas más posibilidades de éxito tendrá el sistema de desarrollar un funcionamiento diverso y complejo con una gran capacidad de adaptación. Una iniciativa basada en la cooperación, la comunicación, la justica y la democracia se organiza bajo el influjo de esa orientación en el campo arquetípico de la ley. La fuerza inherente a esta orientación en este campo organizará y alimentará el sistema que la lleva a cabo, de modo que podrá atravesar la fase caótica sin demasiados problemas. Para suprimir semejante iniciativa por medio de la represión, la desinformación, la injustica y la dictadura, hará falta un despliegue de fuerzas y recursos que agotará al sistema y lo hundirá.

En la ciencia, al igual que en la jurisprudencia, las leyes no tienen una validez absoluta y pueden ser tumbadas por observaciones futuras. En el momento actual, es un hecho comúnmente aceptado que los campos de fuerza tienen polos. El campo arquetípico de la ley no es ninguna excepción. No importa cómo llamamos a esos polos, en todo caso, hay un eje que los conecta. Y hay un flujo de energía a lo largo de ese eje en una dirección determinada. Del mismo modo que sería imposible o, al menos, extremadamente difícil vivir con la cabeza en el suelo y los pies en el aire, las leyes que no están alineadas con el eje y la dirección del flujo, interfieren con el buen funcionamiento del sistema y, para imponer su cumplimiento, requieren un despliegue de poder cada vez mayor.

Una ley que está en concordancia con las propiedades esenciales del campo cumplirá con su mandato de forma exquisita. Como se dijo antes, la característica esencial de la ley en jurisprudencia es la de regular la conducta y asegurar un trato de respeto e igualdad entre los miembros de una comunidad. Una ley que está alineada en este campo de tal modo que viola esas cualidades esenciales no puede regular la conducta y asegurar su mandato esencial.

El 4 de agosto de 2021, el equipo de YouTube me informó de que considera oportuno aplicar una restricción de edad a este vídeo con un discurso de la antigua vicepresidente del gobierno de España, Soraya Sáenz Santamaría, de los primeros días de octubre 2017 en el que hablaba de la profesionalidad de las fuerzas de seguridad, de la proporcionalidad de su actuación en cumplimiento de las órdenes de la justicia, dirigidas en ningún caso contra las personas sino únicamente al objetivo de confiscar el material electoral, con la intención de proteger los derechos y las libertades, y con otro en términos parecidos de Enric Milló, el entonces delegado del gobierno español en Catalunya, ambos acompañados de las imágenes de cómo realmente había pasado. En su día descargué el vídeo y lo subtitulé en inglés para añadirlo a este análisis –escrito en castellano e inglés.

 Igual que la ciencia adapta sus postulados a un conocimiento cada vez más extenso, también la jurisprudencia adapta las leyes a una realidad cambiante. Por ejemplo, el 1 de octubre de 1931 España reconoció del derecho de las mujeres a votar. El 1 de octubre de 1939 lo volvieron a perder, cuando Francisco Franco se proclamó jefe de estado. El 18 de julio de 1936, con un grupo de hombres armados,  Franco se rebeló contra el orden democráticamente establecido hasta imponer su regimen, en un principio solo en una parte del país, pero a partir del 1-O 1939 también en el resto de España y en Cataluña. Las leyes fueron adaptadas a la nueva realidad social del régimen dictatorial. Cierto número de personas sintieron que iban a beneficiarse del nuevo orden, pero la propiedad esencial de regular la conducta para asegurar un trato de respeto e igualdad entre los miembros de la comunidad se perdió. No solo las mujeres perdieron lo que hoy día se considera un derecho humano inalienable, toda España lo perdió. La tendencia siguió y en la Segunda Guerra Mundial se perdió la convivencia pacífica en casi todo el mundo entero.

El orden patriarcal de la sociedad, que regula la conducta por medio del uso de la fuerza, no es sostenible. El predominio de los valores masculinos puede haber cumplido una función para agudizar nuestros poderes discriminadores para analizar y diseccionar. De este modo, el individuo logró tomar conciencia de que existe como tal, de que es alguien más allá del colectivo del cual forma parte. Pero el siguiente paso es igual de esencial. Una vez que se tiene conciencia de existir como persona, es indispensable tomar conciencia del propio lugar en el conjunto y de las formas en las que  uno se relaciona con las otras partes del conjunto y el conjunto en su totalidad. Ahí entra el principio receptivo, femenino, de la percepción sensorial que permite percibir a sí mismo, a otros y las relaciones que existen entre las diferentes partes del conjunto.

Lo que una persona hace y no hace cuenta. Tiene un efecto en el conjunto. Tener conciencia, en el sentido de conocimiento, conlleva tener conciencia ética. Una vez que algo se sabe, se es responsable de lo que se hace con ello y al respecto. Aunque no se tenga conciencia de una realidad existente, esta no deja de hacerse notar. Se puede hacer oídos sordos, emplear más y más energía para reprimirla, hacer leyes para declararla ilegal, encarcelar a los que la ponen de manifiesto, matar a los que están dispuestos a declarar para hacerla constar ante la justicia, a no ser que se la reconozca y la ley se adapte en conformidad, un trato de respeto y de igualdad será imposible. La falta de respeto e igualdad se debe a la negación de la realidad social de parte de los que sostienen el poder, porque la consideran inconveniente, no porque unos miembros de la comunidad se nieguen a conformarse con esa negación de la realidad; son los que niegan la realidad que faltan al respeto y se instalan en un trato desigual. No importa lo poderosos que sean, su actitud lleva a la fractura social. 

Esto nos lleva a la característica esencial de la ley en filosofía y religión. La filosofía es el amor de la sabiduría, la religión un modo de restablecer una unión entre el individuo y la fuente de la cual surgió. Desde ambos puntos de vista, la función de las leyes también es la de regular la conducta. La filosofía budista, por ejemplo, afirma que según cómo uno se comporta, vive en el paraíso o en el infierno. Las religiones tienden a situar el cielo y el infierno después del muerte, lo cual probablemente también es cierto, en todo caso, se obtiene uno u otro en función de cómo uno se comporta.

De este modo se establecen los códigos de ética y moralidad. Una vez más, su alineamiento en el campo mayor de la ley y de la imposición de su cumplimiento determina en qué medida son capaces de desempeñar la función para la cual se han generado. Por ejemplo, perseguir a alguien con violencia, porque pertenece a un grupo diferente con creencias diferentes y otros modos de vivir la vida y celebrar su fe, puede estar en conformidad con el código de ética de un grupo en particular, pero, a la larga, este código de ética llevará al derrumbe de este grupo, porque está en conflicto con el flujo de energía en el campo de fuerza mayor de la ley, cuya función esencial -recordemos- es la de asegurar un trato de respeto e igualdad.


A mediados de septiembre 2017, españoles cantando: “¡A por ellos! ¡Oe, oe, oe, oe, oe!”, cuando la Guardia Civil emprendió camino para impedir el referéndum en Cataluña el 1 de octubre.

Esta clase de grupo se obstina a resistirse al cambio y no puede adaptarse a un entorno cambiante.

Por otra parte, un código de ética en concordancia con los procesos que hicieron la vida medrar, desarrollarse y hacerse cada vez más rica, compleja y diversa, apoyará a las personas que lo respetan, porque les ayuda a adaptarse al cambio, a desarrollar nuevos conocimientos y habilidades y a compartirlos libremente con su congéneres.



Asegurar el cumplimiento de la ley
La agencia encargada de asegurar que las leyes se cumplen, principalmente, es la policía a través de patrullas y vigilancia para prevenir y descubrir actividades criminales, investigar crímenes y detener delincuentes. Los juzgados y las prisiones se pueden incluir en la lista de agencias que se ocupan de la prevención y el castigo de crímenes. La función esencial de todas las agencias involucradas en asegurar el cumplimiento de la ley es la de proteger a los ciudadanos y sus derechos fundamentales.


Un cuerpo de policía que cumple con esta función está profundamente arraigado en la comunidad que protege. Un/a juez que dicta una sentencia que pone en peligro la población, cuya integridad física y psíquica y cuyos derechos fundamentales debe proteger, está en conflicto con el campo arquetípico que rige su función. No solo falta a su cometido de proteger la coexistencia pacífica de todos los ciudadanos, también expone a los oficiales de la policía que reciben la orden de imponer su sentencia a un profundo conflicto ético, si, para cumplir la orden, se verían obligados a dejar de cumplir la función esencial de su profesión.

El 1 de octubre de 2017, la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, cerraron muchas más colegios que los cuerpos de asalto de la Policía Nacional y la Guardia Civil españolas juntas, sin recurrir a la violencia empleada por las cuerpos nacionales españoles. Las cifras exactas difieren según los medios consultados. Los mossos no llegaron a cerrar todos los colegios de antemano, tal como dictaba la sentencia, porque los ciudadanos los habían mantenido abiertos, celebrando toda clase de actividades cívicas desde la tarde del viernes; y el domingo por la mañana inmensas cantidades de personas se reunieron delante de los locales para impedir que se cerraran. El domingo, el día de la votación, algunos mossos optaron por cumplir con su función de proteger la población de su jurisdicción contra los colegas cuyo objetivo fue el de infligir dolor e inspirar miedo. Ahora, esos mossos están amenazados por acciones legales en su contra por haber optado a cumplir con la función esencial de su profesión y negarse a emplear la misma violencia que sus colegas de los cuerpos nacionales españoles desplegaron.

Una actitud coherente del poder legislativo de un país democrático y estado de derecho requiere la adaptación de sus leyes y su constitución a los pactos internacionales con los que el país se ha comprometido. Para el poder judicial, esto conlleva señalar las leyes y las cláusulas constitucionales que deben ser cambiadas para cumplir esos pactos. Si el sistema judicial desacata esa función, está faltando a la función esencial de su mandato. Por ejemplo, el artículo dos sobre la indivisibilidad de la patria de todos los españoles debe ser matizado de modo que quede claro su sentido en coherencia con el resto de la constitución, es decir, que la integridad del territorio nacional queda protegida contra incursiones de fuera. La lectura que el estado español le da está en conflicto con el derecho de autodeterminación de todos los pueblos, garantizado por un pacto internacional al que España se comprometió atender incluso antes de ratificar la constitución.

Crear una ley para poder declarar un derecho fundamental de una parte de la población ilegal es arquetípicamente incoherente, al igual que la orden a una agencia de imponer el cumplimiento de semejante ley. El actual gobierno español hizo exactamente esto en 2015 con una ley inventada con la sola y única intención de impedir al pueblo catalán emprender pasos hacia su autodeterminación.

Una acción arquetípicamente incoherente puede producir nada más que sufrimiento e inestabilidad, y, a la larga, llevará al derrumbe de aquellos quienes la llevan a cabo. En vez de perder el tiempo y malversar caudales públicos, intentando imponer su lectura inconstitucional de la notoria cláusula sobre la indivisibilidad de la patria a un pueblo determinado a abstenerse de conductas arquetípicamente incoherentes tales como el uso de la violencia, el gobierno español debería concentrar todos sus esfuerzos y recursos en encontrar vías funcionales de organizar sus propios asuntos ¡que buena falta le hace!

Brigitte Hansmann
Análisis de Patrones Arquetípicos
Ciencias Lingüísticas Aplicadas
DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos
Integración Estructural
www.dfa-europa.com

jueves, 7 de diciembre de 2017

Culpa inconsciente

Hacia una solución del conflicto hispano-catalán (2)

La culpa es un sentimiento saludable que nos moviliza a buscar maneras de reparar el daño causado a otros a través de nuestra acción o no-acción. Cuando un sentimiento de culpa genuina se experimenta como intolerable, la mente consciente la reprime por debajo del umbral de conciencia. La culpa inconsciente, entonces, se convierte en un obstáculo en las relaciones de esa persona que le impide relacionarse y comunicarse con otros de forma veraz. Desde el inconsciente, la culpa se proyecta sobre la(s) persona(s) dañada(s) por la acción o no-acción de quien ha incurrido la culpa, a la vez, que también genera alguna forma de auto-castigo, por ejemplo, mediante el fracaso de sus esfuerzos por crear una vida feliz y de éxito para sí mismo, su familia o su país. Naturalmente siempre cree que la falta de éxito es por culpa de otros.

A menudo la culpa inconsciente genera enfermedad, en el cuerpo o en la mente. Viene acompañada de una gran necesidad de estar a la defensiva, porque existe una amenaza constante de que algo pueda causar el colapso de la manera en la que uno ha organizado su vida, a nivel individual o colectivo. Puede que haya una amenaza de que alguien pueda responder con represalias al daño que le ha sido causado. Pero incluso si las personas dañadas por nuestra acción o no-acción son pacíficas y no tienen ninguna intención de contraatacar, quizás, ni siquiera tienen conciencia del origen del daño sufrido, uno se siente amenazado por ellas. La amenaza está en su interior. Proviene del sentimiento de la culpa genuina. Cuanto más nos defendamos contra ella, tanto mayor será la presión ejercida por el sentimiento, ya que el esfuerzo de reprimirlo y mantenerlo debajo del umbral de la conciencia lo va comprimiendo cada vez más. De este modo la sensación de estar amenazado va creciendo.

La identidad de una persona, la sensación de que “este soy yo”, “este es quien soy”, de hecho, no es más que la capa superficial de quienes realmente somos. No es más que la forma en la que nos presentamos al público –y a nosotros mismos- que se mantiene per medio de los esfuerzos que hacemos por apartar de nuestra propia conciencia y la de todo el mundo aquellos aspectos de nuestra persona que tememos ver. Allí es donde se encuentra la culpa inconsciente. Por debajo de todo ello se encuentra la raíz biológica de quienes somos, del ser vivo que es el fruto de una larga evolución de afinidades y cooperación entre unidades individuales: partículas, elementos, moléculas, células, seres unicelulares, seres multicelulares simples, organismos multicelulares complejos y organismos multicelulares complejos que tienen la capacidad de tener conciencia de sí mismos y de la red interconectada e interdependiente de la que forman parte, aunque no utilicen esa facultad como sería de desear.

Cualquier acción o no-acción contraria a esa raíz biológica de nuestro ser es propenso a generar culpa, porque en todo momento permanecemos conectados con la red de la que nuestra vida es fruto. Lo que hacemos y no hacemos tiene un efecto en el todo. Si es alineado con los procesos básicos de la evolución, la afinidad y la cooperación, medramos y nuestro florecimiento enriquece el conjunto, lo hace más complejo y más diverso. Si la acción o no-acción se enfoca en acumular poder en detrimento de otros, uno puede tener un éxito limitado durante un tiempo, pero siempre acompañado de culpa inconsciente y, a la larga, causará su propio derrumbe.

Existe también otro nivel de culpa que tiene que ver con la comunidad, la tribu o la familia a la que pertenecemos. En una familia de ladrones, por ejemplo, un miembro que tiene una noción más clara de la raíz biológica de su ser puede sentir que tomar algo de otros sin devolver nada en una medida proporcional está en conflicto con el proceso básico de la evolución y negarse a hacerlo. No obstante, esa persona probablemente también sentirá culpa porque su negativa crea una separación en la familia. Esta clase de persona tendrá que elegir cuál culpa pesa más.

Si una persona compra grandes extensiones de terreno a un buen precio y luego convence el líder de un grupo a establecer las actividades del grupo en esas tierras, vendiendo parcelas a un elevado precio a los miembros de este  grupo, uno podría considerarlo un astuto hombre de negocios. Si al cabo de un tiempo vuelve a repetir la misma acción y se sale con la suya, tal vez, sigue sintiéndose orgulloso de sus actos. Aunque bajo un escrutinio de cerca su conducta sea cuestionable, a su modo de ver no hay nada de que sentirse culpable. Por tanto, sus descendientes continuarán organizando sus vidas y acumulando riquezas del mismo modo. “Es cómo se hace. Siempre se ha hecho así. Por tanto, tenemos el derecho de seguir haciéndolo así. ¡Es lo correcto! ¡Es la ley!” Ahora, siglos más tarde, digamos, por ejemplo, que la Unión Europea concede dinero a España para construir una infraestructura como el corredor mediterráneo, que crearía una forma relativamente ecológica de distribuir mercancías a través de toda Europa. Digamos, este dinero se gasta no en el proyecto por el que fue concedido sino en construir infraestructuras que no tienen más uso que el de enriquecer a unos pocos, a la vez que dañan la comunidad en conjunto. Aunque esas personas se sientan con el derecho ancestral de usar las estructuras legales del estado para orquestar sus asuntos y no tengan ninguna conciencia de que sus actos están en conflicto con la ley, existe una culpa genuina. Existen diversas estrategias para negar esa culpa, pero ninguna de ellas la hará desaparecer; ni siquiera si la fuente más elevada de poder en el estado dicta leyes para convertir la transacción en legal y persigue aquellos que la cuestionan. Todas esas estrategias no pueden hacer otra cosa que crear sufrimiento para la red entera de vida interconectada e interdependiente hasta que la culpa sea reconocida y pagada por aquellos que la incurrieron.

Una culpa genuina desaparece en cuanto la persona o el colectivo culpables hagan los pasos necesarios para reparar la relación dañada. La culpa neurótica es eterna, incluso si nace de un intento inconsciente de redimir una culpa genuina. Redimir una culpa a través del sufrimiento es una de las muchas demandas poco realistas de las personas que sufren de una culpa neurótica. No es posible. El autocastigo paraliza y lleva a la persona a retirarse internamente de cualquier relación. La proyección lleva a la continuación de acciones o no-acciones dañinas. La única forma de hacer frente a una culpa es reconocerla y reparar el daño causado.

Lamentablemente es cuestionable si las personas y entidades cuyas acciones y no-acciones han causado los diferentes niveles de crisis que el mundo está atravesando en términos de cambio climático, contaminación del medio ambiente, guerras, terrorismo, conflictos de determinación territorial, etc., tienen la valentía e integridad necesarias para admitir su culpa y limpiar sus actos.

Esta observadora los imagina en sus casas particulares empezando a vislumbrar la verdad: “¡Por dios! ¡No me di cuenta! De hecho debería serles agradecido a las personas que han intentado durante tanto tiempo llamar mi atención. No tengo ni idea de cómo parar el caos que he ayudado a crear. ¡Tal vez puedo empezar por decir que me arrepiento! ¡Quizás, si extiendo mis manos hacia ellos, juntos podamos encontrar una formar de limpiar el asunto!

El jueves, 28 de septiembre de 2017, esta observadora deseaba que el presidente de España, Mariano Rajoy, dijera las mismas palabras que dijo como líder de la oposición en mayo 2006.



Alguien tendrá que decirlas, tarde o temprano, porque mientras la culpa de España por haber engullido a Cataluña permanezca inconsciente, la bancarrota y el fracaso permanecerán endémicos en ambos países. Juntas, cada una con su propia soberanía, seguramente podrán lograr una convivencia mutuamente enriquecedora.

in English here

Brigitte Hansmann
Análisis de Patrones Arquetípicos
Ciencias Lingüísticas Aplicadas
DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos
Integración Estructural
www.dfa-europa.com

Proyección, la vía principal hacia un encuentro con el inconsciente

Hacia una solución del conflicto hispano-catalán (1)
"La proyección […] tiene que ver con la forma en la que el inconsciente se manifiesta. Aprendemos a través de la proyección, tanto desde el inconsciente personal como del inconsciente colectivo. Es decir que atribuimos a fenómenos o personas externas  cosas que son nuestras, pero a las que aún no tenemos un acceso suficiente. Cuando más primitivo uno es, tanto más tiende a proyectar, sin darse cuenta de que la proyección viene del propio interior, a la vez que quizás también sea relevante para el exterior.”
Yoram Kaufmann, The Way of the Image: The Orientational Approach to the Psyche
 La proyección puede ser un mecanismo de defensa, cuando proyectamos sobre otros lo que no toleramos en nosotros mismos. Desde nuestro punto de vista, entonces, son ellos los que representan aquello que no podemos soportar. La razón por la cual no tenemos un contacto suficiente con estos aspectos inconscientes de nuestra propia persona, por la que nos cuesta acceder a ellos, a menudo radica en experiencias que tuvieron lugar en algún momento de nuestra vida o la vida de nuestros predecesores y que fueron tan abrumadoras y traumáticas que se activó un mecanismo automático que nos capacitó para atravesar el peligro inmediato. Para restaurar el equilibrio interno, una vez pasado el peligro inmediato, deben suceder una serie de cosas que con frecuencia se reprimen porque dan la sensación de que el evento amenazador esté a punto de volver a suceder de nuevo. De este modo el organismo se queda encallado en un momento justo antes del impacto de lo peor; siempre es como si algo abrumador esté a punto de ocurrir, y el cuerpo y la mente permanecen en una reacción constante a aquello que se experimenta como intolerable. En un momento dado puede haber sido verdaderamente intolerable, debido a la naturaleza de lo que ocurrió o debido a la corta edad o la escasa capacidad de la persona que estaba teniendo la experiencia de enfrentar lo que la situación requería. El organismo, incluyendo la psique, necesita tiempo para darse cuenta de que el evento o la circunstancia traumáticos terminaron y para reorientarse hacia el momento presente.

Si una persona o un colectivo ha sido expuesto a condiciones traumáticas durante un tiempo prolongado, como en una guerra o un régimen dictatorial, o ha crecido en un entorno familiar represivo, le puede llevar mucho tiempo procesar y metabolizar la experiencia y restaurar el equilibrio interno. Bajo condiciones apropiadas, los seres humanos tenemos un fabuloso potencial de resiliencia que nos capacita para recuperarnos de dificultades extremas. Pero independientemente de lo bien que uno puede integrar la experiencia, dejará una marca en el individuo o el colectivo, tanto en el cuerpo como en la psique. Para que el equilibrio interno pueda ser restaurado, es necesario trabajar de forma activa con los efectos de las reacciones al trauma, tanto en el cuerpo como en la psique. En ausencia de esa clase de trabajo, las partes de las experiencias internas que han sido negadas serán proyectadas sobre el mundo exterior, sobre fenómenos externos u otras personas. En tiempos de calma esos complejos permanecen más o menos latentes hasta que determinadas circunstancias los activen y lleven a la reiteración de las condiciones traumáticas. Esto suele ocurrir una y otra vez, generación tras generación, hasta que la dinámica será abordada de forma apropiada para llevarla a una resolución.

Los complejos inconscientes afectan el funcionamiento saludable de una persona o un colectivo. La energía empleada para mantenerlos fuera de la experiencia consciente es directamente proporcional a la cantidad de energía dirigida contra los fenómenos o las personas en el mundo exterior sobre los cuales se proyectan. Un ejemplo claro se refleja en los cargos pronunciado por el gobierno español en septiembre 2017 contra la iniciativa catalana de celebrar un referéndum sobre la auto-determinación. Los partidos en el parlamento español que orquestaron y defienden la persecución judicial de las personas y los grupos involucrados en la organización de este referéndum parecen tener ninguna conciencia de que sus procedimientos manifiestan exactamente los crímenes que atribuyen a los representantes del pueblo que llevaron a cabo el mandato por el cual fueron elegidos. El gobierno español realmente está convencido de que está representando la ley y está empleando inmensas cantidades de recursos para convencer al mundo de ello.

Es natural tener miedo cuando uno se encuentra confrontado con energías poderosas provenientes de la oscuridad del propio inconsciente personal o del inconsciente del colectivo al que uno pertenece. Hace falta valor para entrar en combate con esas fuerzas. Y no todo el mundo tiene la valentía suficiente. A menudo resulta más fácil sucumbir al impulso de descargar la energía que uno no es capaz de contener a través de la proyección. Porque cuando uno se pelea con los aspectos inconscientes de su propio ser, puede pasar que uno se ve forzado a arrodillarse en una posición de reverencia frente a una fuerza mayor y de reconocimiento de una verdad que puede hacer pedazos la visión que uno tenía de sí mismo, del mundo y de lo que se creía capaz y con derecho de alcanzar en la vida. Por más doloroso que esto pueda llegar a ser para una persona o un colectivo, el reconocimiento de la sombra que uno proyecta, como propia, es necesario para poder relacionarse con otros libremente, comunicar con ellos de forma veraz y convivir en paz.
 
Cuando uno reconoce una proyección como propia, es posible crear una base estable para resolver dificultades en las relaciones. Una vez que uno se da cuenta de que su conducta hace daño a personas que valora, tiene que tomar una decisión a cuanto a cómo aplicará esa conciencia. Conlleva un sacrificio. ¿Qué está uno dispuesto a sacrificar? ¿Las personas que valora? ¿La conducta dañina?

En cualquier caso, la proyección es la vía principal a través de la cual uno puede encontrarse con el inconsciente, personal y colectivo, y aprender de él. Tal como afirma Yoram Kaufmann, “simplemente es imposible llevar a cabo el trabajo de crear unidad sin una relación profunda entre la consciencia y el inconsciente”. El propósito debe estar alineado con unas directrices de naturaleza arquetípica. Las leyes creadas para dañar a congéneres o privarlos de sus derechos humanos no pueden imponer la unidad bajo ninguna circunstancia. Si uno se esfuerza por encubrir una culpa, aunque sea de forma inconsciente, creará separación.

Entre España y Cataluña, ¿quién está creando separación? ¿quién está siendo nacionalista?

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Brigitte Hansmann
Análisis de Patrones Arquetípicos
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DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos
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