Si las experiencias traumáticas se procesan para poder restablecer un equilibrio interno, una vez que el peligro inminente ha acabado, a las generaciones siguientes se transmite una buena capacidad de responder a los retos que la vida nos presenta y de gestionar situaciones de estrés y también un sistema inmunitario capaz de aprender a enfrentarse a nuevas situaciones. Después de las guerras y dictaduras del siglo XX, por desgracia, son pocas las familias que tuvieron conocimientos suficientes, voluntad y oportunidades para metabolizar los múltiples traumas que sufrieron. Lo más frecuente que se transmitió a las generaciones posteriores son los patrones de defensa contra esas experiencias de manera que muchísimas personas viven dominadas por el miedo, incluso sin tener consciencia de ello, porque sentir el miedo sería demasiado amenazante. Sentirse vulnerable es intolerable para una persona traumatizada y por esto vive protegiéndose tras muros de tensión. La gama de estrategias defensivas es tan diversa como las personas. Cada uno desarrolla un patrón individual y único, a la vez que las dinámicas del trauma son universales.
Para tener un contacto verdadero con otra persona y una comunicación significativa, sin embargo, es imprescindible abrirse hacia el otro y esto, inevitablemente, conlleva una sensación de vulnerabilidad. Tantos problemas de vivimos como si fueran una cosa personal o propia de nuestra familia, de hecho, son fenómenos colectivos. Si reconocemos la dimensión colectiva de las cosas que nos hacen daño, llega a ser más fácil ocuparnos de encontrar soluciones que restablecen el equilibrio interior de las personas y de las familias y de abrir vías de comunicación por donde puede fluir el amor que nos une.
La intervención manual del Duggan/French Approach (DFA) ayuda a tomar conciencia de las formas del cuerpo en relación al campo gravitatorio de la Tierra y a encontrar la mejor forma posible en cada momento. Libera los movimientos respiratorios. Facilita una relajación profunda. Mejora la hidratación de los tejidos resecados por la tensión habitual así como su equilibrio ácido-alcalino. Reduce inflamaciones. Regula los ritmos de sueño y vigilia. Mejora la distribución de pesos y cargas y la postura en general. Permite mayor fluidez del movimiento, más capacidad de respuesta en vez de reactividad, da acceso a contenidos mentales y emocionales inconscientes para poder atender a lo que necesita atención y soltar lo que ya no viene al caso…Sesiones para
- Respirar mejor
- Encontrar un nuevo equilibrio
- Soltar el exceso de tensión involuntaria
- Mejorar el rendimiento en el deporte y prevenir lesiones
- Aumentar la versatilidad de expresión en las artes escénicas
- Reconocer las huellas de la historia en el propio cuerpo
- Encontrar la brújula interna y reorientarse en momentos de transición
- Restaurar el equilibrio interno después de experiencias traumáticas
- Resolver conflictos emocionales
- Transformar el estrés
- Optimizar el uso del cuerpo en el lugar de trabajo
- Resolver dificultades de relación
Durante el mes de septiembre tuvo lugar la tercera fase de la formación de practicantes de DFA en curso. En la primera y la segunda fase las estudiantes aprendieron
- Los principios y fundamentos
o de un cuerpo equilibrado en el campo gravitatoria de la Tierra
o de la interrelación entre el cuerpo físico y los procesos emocionales y mentales que tienen lugar en él y
o del reconocimiento de los patrones de tensión habitual que determinan las formas del cuerpo, del movimiento y de los comportamientos de las personas.
Empezaron a familiarizarse con
- la intervención física especial desarrollada por Annie B. Duggan y Janie French
- los métodos de acceso estructural y emocional y de educación de la consciencia corporal
En la tercera fase profundizaron su comprensión de los procesos de integración estructural y emocional y sus habilidades en la aplicación de todo ello en el trabajo con clientes que vinieron a recibir sesiones supervisadas. En el mes de febrero tendrá lugar la cuarta fase y en septiembre la fase de certificación, donde profundizarán su comprensión de los procesos de integración de las estructuras de cuerpo y mente, del cuidado de la salud física y psíquica y, especialmente, de las dinámicas del trauma individual y colectivo y del desarrollo de la consciencia, ambas fase con sesiones supervisadas.
Pero para recibir sesiones a un precio muy reducido, no tienes que esperar hasta febrero. Durante las fases intermedias de la formación, las estudiantes también ofrecen sesiones de práctica. Están preparadas para ayudarte a tomar consciencia del apoyo de la fuerza gravitatoria y del poder de los movimientos de la respiración como herramientas para poder abordar los dolores y las cuestiones más difíciles que pueden haberse quedado registradas en los tejidos de tu cuerpo y para crear vías para resolverlas.
Si aprovechas esta oportunidad ahora, puedes recibir sesiones por tan solo 20€ por sesión y este precio se mantendrá hasta el final de la formación en septiembre 2021. Si esperas hasta febrero para empezar, en la fase IV de la formación los honorarios ya ascienden a 25€, precio que se mantendrá hasta el final de la formación. Si comienzas en septiembre 2021, en la fase de certificación, los honorarios ascienden a 30€ por sesión hasta el final de esta fase. Después, las nuevas practicantes de DFA certificadas fijarán los honorarios que cobrarán por sus servicios.
Para concertar hora, contacta directamente con una de ellas con un mensaje de Whatsapp o un sms:
Adi Cardona 699 06 54 56,
Bàrbara Mills 605 78 32 40,
María Tenorio 618 11 67 14.
Si quieres trabajar con una practicante con más de treinta años de experiencia puedes hacerlo en
Sesiones presenciales y telemáticas,
con Brigitte Hansmann,
Tel.: 606 67 64 36
Más información en
www.dfa-europa.com
Una semana intensiva de sesiones
para personas que vienen de lejos
Más información en
www.dfa-europa.com