martes, 27 de febrero de 2018

Cuerpo, gravedad, valores, lealtad

 
El fin de semana del 3 y 4 de febrero tuve el placer de participar en el Simposio de Interioridad Comprometida y el privilegio y el honor de hablar junto a ponentes de mucha categoría. Los temas que expusieron desde ángulos de empresa, ecología/ ecosofía y educación son esenciales también en mi trabajo de reconocimiento de patrones somáticos y arquetípicos. En el contexto de cada una de las intervenciones me habría gustado tener la oportunidad de explicar cómo una buena relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra constituye un punto de partida ideal para las propuestas, intenciones y necesidades que plantearon. Me alegro de haber tenido la oportunidad de hablar después de que hubieran asentado bases que comparto y justo antes de que la ponencia final describiera el proceso del desplegar del ser.  Porque al aprender a percibir y modular la relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra es posible abrir los pliegues que ocultan partes de nuestro ser y nos mantienen pequeños.

Me había propuesto guiar los participantes hacia una experiencia de una relación entre el cuerpo y el suelo que les permite recibir el apoyo del campo de fuerza mayor de la Tierra, que está a nuestro alcance en todo momento solo con orientarnos en este sentido. Sin haber tenido una experiencia, por breve que sea, de cómo es poder contar con este apoyo, cuesta imaginarse el alcance que puede tener y la dimensión que brinda a la propia vida. El contacto físico es una de las herramientas más potentes para lograr lo que me había propuesto, pero con mis manos era imposible tocar cada uno de casi 200 personas a la vez.  Tenía que hacerlo con mis palabras y mi presencia.

Para poder crear ese contacto con mi audiencia elegí prescindir del ordenador y de proyectar imágenes y textos en la pantalla, aunque temía que, sin esa ayuda visual no iba a ser capaz de seguir la estructura del discurso que había preparado. Pero estaba dispuesta a correr el riesgo de perder el hilo. Y así fue. Dejé de decir cosas esenciales, dije más de la cuenta y el hilo se me enredó en más de una ocasión. Aun así, creo que valió la pena. Sentí que, en efecto, mis palabras tocaron a muchos de los participantes lo suficiente como para que vislumbraran los beneficios inherentes a una buena relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra.

Hay muchas vías y formas de tener una vida interior de compromiso. En un cuerpo en equilibrio a base de apoyo, en el que todos los segmentos se apoyan sobre los que tengan debajo, el espacio interior está abierto. Ofrece condiciones ideales para una interioridad libre en su vinculación inseparable con el universo entero. Esa libertad y apertura brinda espacio a todas las formas de intercambio con el mundo exterior, las fisiológicas y psicosociales, las que tienen lugar momento a momento, las que siguen distintos intervalos, las que son puntuales..., según la clase de intercambio de la que se trate. Por esto, tener una buena relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra es un punto de partido excelente para cualquier práctica, cualquier relación y expresión del propio ser.

Otro aspecto en el que creo haber logrado tocar a los participantes en el simposio es uno que me importa especialmente: las formas en las que se manifiestan en el cuerpo de la generación actual, como por ejemplo en el mío, los residuos del estrés postraumático generado por el terror y las culpas de las guerras y dictaduras experimentados por nuestros padres y abuelos. Para acercarme a este tema aun hoy tengo que sobrepasar una barrera que antaño me impedía por completo darme cuenta de que el malestar en mi cuerpo podía tener algo que ver con sucesos que tuvieron lugar antes de que yo naciera.

Parecía haber una especie de prohibición innata hasta de mirar en esa dirección. De hecho, como ahora puedo ver, esta prohibición formaba parte de lo traumático en sí, a lo que se suman los mecanismos de defensa contra el trauma, entre ellos la negación. Sé que cuento no solo con el permiso de mis padres y abuelos para hablar de ello, sino que a estas alturas de mi vida lo entiendo como una tarea que me encomendaron. ¿Por qué sino me llevó mi padre a los terrenos de la fábrica de dinamita a mis cinco años? ¿Y por qué, más o menos a la misma edad, mi abuelo me llevó a los terrenos de la fábrica de pólvora donde había sido oficial en la guardia de seguridad? No fue para que viera los ciervos y los árboles en el bosque... No dijeron nada. Mis padres fueron niños y adolescentes durante el Tercer Reich y la segunda guerra mundial. La idea que yo tuve hasta el año 2013 era que mi abuelo no hizo más que procurar mirar hacia otro lado durante el régimen nazi y la guerra, ¡y resulta que tuvo un cargo de mando! Lo podría haber sabido, pero parece no haber alcanzado mi conciencia. Desde lluego, no me lo contaron. En todo caso, las imágenes de los edificios dinamitados cubiertos de vegetación dejaron una profunda impresión en mi psique, que permaneció cubierta, disimulada, latente hasta aflorar poco a poco a lo largo de más de diez años. Su significado empezó a revelarse cuando comprendí la conducta de mi abuelo en el contexto de lo que iba aprendiendo sobre las condiciones del régimen y la guerra y su participación activa.

Las dificultades que encuentro cuando me dispongo a hablar de las huellas de experiencias traumáticas en los descendientes de quienes las sufrieron me dan una medida de la inmensidad de la prohibición en nuestras mentes. Si yo tengo las dificultades que tengo con tanto trabajo de integración hecho, ¿cómo debe ser para las personas que no están dispuestas ni siquiera a mirar hacia dentro? Al escribir sobre ello, dispongo de tiempo para ordenar y reordenar las palabras, orientar y reorientar la atención. Hablar de ello con mesura en un tiempo acotado es otra cosa muy distinta. Hablar con una persona o unas cuantas es distinto de hablar ante un centenar o dos, sobre todo queriendo ser receptiva a la energía de la gente. Puede que una parte de mis dificultades se deba a que simplemente no soy lo suficientemente buena como oradora para hacerlo o que carezco de práctica de hablar ante audiencias grandes. Pero creo que lo que me hace perder el hilo, sobre todo, es que se activan la parálisis y la confusión típicas del trauma y de los mecanismos de defensa que heredé de mis antecesores y que tuvieron presos a mi organismo y mi psique durante tantos años. Tengo la esperanza de que, con la práctica, la carga química y energética siga reduciéndose, tal como lo viene haciendo desde que emprendí la tarea de dar voz a esta parte de la humanidad encarnada en mí, y mi capacidad de gestionar el impacto de la energía emocional de mi audiencia vaya en aumento.

Sobreponerme y hablar desde la seguridad de la comprensión racional y los datos objetivos no es una solución. Es desde el lugar de la experiencia sentida que debo hablar para que pueda establecer la clase de contacto que me permita guiar la gente hacia una experiencia sentida del apoyo disponible en el campo gravitatorio de la Tierra. Ya no me aterra ni me avergüenza sentir que no soy suficiente, que no soy lo suficientemente esto y lo otro. Todo al contrario, reconocer que no soy  suficiente me permite extenderme hacia los demás para poder hacer juntos lo que hace falta hacer. Es emocionante, altamente gratificante y profundamente reconfortante poder hacerlo de una forma tan práctica, directa e inmediata, como es posible a través del trabajo con el reconocimiento de patrones somáticos.

Cada uno de nosotros es un portal a la conciencia global con pleno acceso a la totalidad. Por tanto, creo que cada persona dispuesta a mirar y reconocer en su propio cuerpo y su propia vida los rastros de las experiencias que sus padres y abuelos no fueron capaces de procesar y asimilar hará las barreras más franqueables. Con el tiempo, tal vez, hasta logramos hacerlas desaparecer del todo. Como mínimo las hará reconocibles de modo que podamos aprender a movernos con conciencia para crear vías de comunicación y convivencia en paz, en vez de ser arrastrados a ciegas a conductas que perpetúan el conflicto.

Estar en contacto con la experiencia directa del estrés postraumático, sentirlo en el propio cuerpo, en la propia vida suele resultar intolerable para las personas que lo sufren, independientemente de si se trata de víctimas, perpetradores, testigos o personas que apartaron la mirada para no ver lo que pasaba. Los mecanismos de defensa que desarrollaron para hacer frente a lo peor suelen transmitirse también a los descendientes, igual que los síntomas del estrés e incluso imágenes de lo que sucedió. Si no fueron capaces de procesar las experiencias traumáticas lo suficiente como para poder reconfigurar esos mecanismos y conseguir que las experiencias del pasado dejen de abrumarlos en la vida presente, estas se reflejan en la vida de la generación siguiente y pueden llevar a una ciega repetición.

No disponer de la información necesaria para procesar y asimilar la experiencia sensorial de algo que no se ha experimentado en carne propia dificulta el proceso inmensamente. En todo caso, la sensación de vinculación y apoyo son imprescindibles para poder hacerlo. La falta de información, vinculación y apoyo perpetúa tanto el trauma como los mecanismos de defensa en un eterno ciclo de repeticiones. Por tanto, hacer preguntas concretas a las personas que tuvieron experiencias traumáticas sobre las condiciones traumáticas que vivieron, con tacto, ayuda a los ancianos, los jóvenes y los de mediana edad. Aunque esto ya no sea posible, porque las personas en cuestión no siguen con vida, uno puede encontrar la vinculación y el apoyo necesarios en una buena relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio. Pero hay que aprender a recibirlo y luego practicarlo día a día. La información aparecerá, como mínimo en forma de indicios que llevan a la mente investigadora a descubrir lo que necesita saber.

La explotación abusiva de la naturaleza por hombres (y mujeres suscritas al orden patriarcal) ha alcanzado un grado de destrucción tal que no podemos permitir que la ciega repetición de patrones inconscientes continúe. Necesitamos un plan concreto para una actuación individual y colectiva que conduzca hacia el reconocimiento de la humanidad como parte integrante de la naturaleza y nos ayude a apreciar, cuidar y protegerla.

 

El Plan de Valores

El Simposio de Interioridad Comprometida fue  organizado por la Plataforma País Consciente, que nació de la experiencia de crear el Plan Nacional de Valores que propone estrategias orientadas hacia este fin.

En el año 2011 el gobierno de Cataluña decidió impulsar junto con la sociedad civil un proyecto orientado a inspirar y promover una cultura cívica que da una respuesta adaptativa, desde los poderes públicos, a los grandes retos que las personas y el conjunto de la sociedad plantean.

El Plan de Valores propone un modelo de país con bases éticas, que prioriza el bienestar integral y el bien común pensando en las futuras generaciones. Y lo hace a través de un nuevo sistema de democracia participativa y colaborativa, de relación y de compromiso entre los ciudadanos y el gobierno.

El documento cuenta con la colaboración de un colectivo de persones plural y heterogéneo, de persones independientes, constituidos en  veinte grupos de trabajo que corresponden a diecinueve de los ámbitos temáticos que configuren nuestra sociedad, y al eje transversal persona.

El Plan de Valores despliega líneas estratégicas y objetivos para cada uno de los ámbitos temáticos con los que se estructura. Más adelante, estas líneas y objetivos se acompañarán con propuestas de acciones para hacer los objetivos planteados operativos y lograr las aspiraciones previstas.

He aquí el documento de síntesis en castellano, aquí el documento entero en catalán.
 

Lealtad

El domingo, 4 de febrero, empezó a entrar la energía del nuevo año lunar, un año del perro, según la astrología china. Todo el mundo sabe que una característica típica del perro es su lealtad. La Suprema Matriarca de la Yun Hwa Sangha de Budismo Social, Ji Kwang Dae Poep Sa Nim, destaca lo importante que es, especialmente en este año, ser leal a la verdad y al reconocimiento de que todas las formas de vida son interconectadas y pertenecen a un todo coherente.

Un aspecto menos conocido de la personalidad del perro es su tendencia a acomodarse a lo que se proyecta en él. Creo que tener presente esa tendencia nos ayudará a darnos cuenta de las proyecciones propias y las de otros para ser capaces de responder sin reactividad, en la comprensión de que la proyección está expresando algo al interior de la persona que lo proyecta porque le resulta intolerable reconocerlo como propio. Lo que fue intolerable en un momento determinado, en unas circunstancias determinadas, no tiene por qué serlo también en la actualidad. Tal vez sea doloroso, vergonzoso o desagradable. Pero procesarlo, asimilar lo que puede tener alguna utilidad para el organismo o la psique y desechar lo que no tiene ninguna utilidad es preferible a llevarlo consigo eternamente por debajo del umbral de la conciencia donde genera enfermedad, conductas mal adaptadas, soledad, fracasos y bancarrotas. Solo así es posible aprender de los errores y dejar el pasado ser pasado sin reproducirlo ciegamente una y otra vez en el presente.

La apertura del espacio interior del cuerpo posible en una buena relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra nos ayudará a dejar la energía de lo que parece intolerable en el propio cuerpo fluir hacia el suelo, lo mismo que la energía proyectada por otros, sin dejarnos arrastrar por ella sino concediéndole un cauce por donde puede fluir. Nos ayudará a encontrar formas creativas de responder a lo que venga para reconducir lo intolerable de la situación. Así, tal vez, logramos que el perro se acomode a la proyección de la energía creativa liberada al resolver los mecanismos de defensa contra antiguos registros de experiencias traumáticas, ya sean propias o heredadas. Tal vez así encuentre vías nuevas de organizar la convivència según los valores universales en paz y libertad para todos.

La ponencia sobre la relación entre el cuerpo y el campo gravitatorio de la Tierra, está disponible en catalán en este blog, en la entrada un poco más abajo. En cuanto pueda la traduciré al castellano.

Sesiones individuales de DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos en Barcelona todo el año, en Cádiz de forma ocasional (la próxima ocasión 16, 17, 18 de marzo 2018)

www.dfa-europa.com

martes, 6 de febrero de 2018

La relació entre el cos i el camp gravitatori de la Terra

Ponència presentada al Simposi d'Interioritat Compromesa, 3 i 4 de febrer 2018, organitzat per la Plataforma País Conscient, que va nèixer de l'experiència de la creació del Pla de Valors amb la col·laboració de 500 experts provinents d'amplis sectors de la societat civil, impulsat pel Govern de Catalunya. El Pla de Valors proposa un model de país amb bases ètiques, que prioritza el Benestar Integral i el Bé Comú pensant en les futures generacions, a través d'un nou sistema de democràcia participativa i col·laborativa, de relació i de compromís entre ciutadans i govern.


Bon dia. Moltes gràcies per aquesta oportunitat de compartir amb vosaltres la meva via d’interioritat compromesa.

Me’n vaig anar d’Alemanya, l’any 1980, perquè sentia que em posaria malalta i, probablement moriria jove, si no me’n anava. Necessitava distància, encara que no sabia ben be de què. Havia fet amistat amb una família catalana i m’atreia la perspectiva de participar en el creixement d’una jove democràcia. M’havia promès fer servir la meva vida com eina política: com anava a guanyar diners i com els anava a gastar. Encara que com traductora se suposava que ajudava a la gent a entendre’s entre ells, trobava feina principalment a la indústria i al comerç i em convertia en part del problema, quan volia ser part de la solució. Aquest tros del món, el que jo ocupo amb el meu cos, és on puc tenir un cert control. Per tant havia d’entendre com funciona. Per això, en quant tenia l’economia mínimament resolta, em vaig posar a estudiar com el moviment del cos organitza la nostra conducta i vivència i quines possibilitats d’un canvi real n’hi ha.

A mida que m’anava cercant un camí que portava en la direcció que volia anar, en cursos a centres privats i teràpies de vàries menes, van aparèixer dues dones, Annie B. Duggan i Janie French, qui em van ensenyar el seu mètode de reconeixement de patrons somàtics, el DFA , Duggan/French Approach. Enguany fa trenta anys que em vaig titular com professional d’aquest mètode i hi treballo. Estic profundament agraïda pel privilegi que suposa poder acompanyar les persones amb una eina tan eficaç per estar millor i aportar consciència al món. El mètode combina una intervenció manual altament específica amb el desenvolupament de la consciència corporal a través de l’educació de la percepció sensorial i el processament de processos emocionals interromputs. Com ara no us puc tocar a tots amb les meves mans, intentaré fer-lo amb les meves paraules, per guiar la vostre atenció cap a una bona relació entre el cos i el camp gravitatori de la Terra.

Contínuament adaptem l’equilibri del cos en relació amb la força gravitatòria. Si estem en equilibri a base de suport, és a dir que tots els segments del cos es recolzen uns damunt els altres, l’espai intern del cos està obert. Aleshores totes les funcions fisiològiques i psicològiques poden fluir sense traves. La respiració és la funció que està més a l’abast de la nostra consciència. Si no hi ha tensions inconscients que hi interfereixen, tot el cos respon als moviments de la respiració. S’expandeix amb la inspiració i reposa cap a dins i cap al terra amb l’espiració i, espontàniament, adopta la forma més equilibrada en el camp gravitatori de la Terra. Us proposo seguir els moviments de la respiració amb la nostra atenció durant l’estona d’aquesta xerrada.

Per assolir un equilibri a base de suport, el que més ens interessa és el moviment d’espiració. En espirar, els músculs que han fet la feina d’inspirar es relaxen i ens permeten descansar en lo més fons del que som com éssers vius, amb el recolzament del món material al qual pertanyem.

Encara que estem atrapats en un patró de tensió habitual, si més no, el moviment d’espirar ens orienta en aquesta direcció, cap al centre del cos i cap al terra. Aleshores, un cop que ha sortit tot l’aire que surt fàcilment, sense pressionar, ens podem donar un breu moment per constatar quina mena de sensació hi ha al centre del cos i com està aquest espai central en relació al terra. És un moment de res, prou per constatar la relació entre el centre del cos i el terra. Aleshores les tensions que habitualment romanen per sota del nivell de consciència es posen de relleu. És a dir, que comencem a sentir la tensió habitual que ens manté en conflicte amb la força gravitatòria. 

Per això costa tant romandre amb l’atenció enfocada en els moviments respiratoris, el flux de sensacions al cos o la relació entre el cos i el terra. Sentir segons quines coses que afloren se’ns fa insuportable. Els pensaments que contínuament apareixen a la nostre ment i, segons el moment, s’atropellen, de fet, surten del flux de sensacions continuo que té lloc en el cos, en la major part per sota el llindar de consciència. La funció d’aquestes sensacions és la d’informar sobre el funcionament del cos i la nostra relació amb el món exterior per poder actuar de forma eficaç segons sigui necessari, com ara adaptar contínuament la relació entre el cos i el terra per poder moure’ns més o menys lliurement sense caure. Però molt aviat a la vida descobrim que podem tensar músculs per interrompre el flux de sensacions que no ens agraden. Si afluixem, allò que ens fa por o mal, allò que ens sembla indesitjable per una raó o una altra torna a aparèixer. Per això la tensió es torna habitual i es constitueix en patrons inconscients.

Aquests patrons ens mantenen en equilibri a base de compensacions, amb la força de la nostra musculatura. Com que la tensió és habitual, no en tenim consciència. No ens adonem de que, de fet, estem mantenint una postura amb tensió, sinó que ens creiem que simplement som així i el món és de la manera com el veiem des d’aquesta perspectiva. Literalment, la tensió funciona com un filtre per la nostra percepció.

Feu la prova: trèieu pit com un heroi i noteu com us sentiu en aquesta forma. I proveu també aquesta altra forma: enfonseu el pit com si amb la vostra postura volguéssiu dir: sóc inofensiu. En una postura i en l’altra: Com esteu en relació al terra? Com veieu el que teniu davant?

Noteu que en treure el pit us aparteu del terra i també del que teniu davant, tirant cap a munt i cap enrere? Noteu com el pes del tòrax cau a la part de darrere de les vèrtebres lumbars?  La columna lumbar es fa curta i la columna cervical també. Encara que aparentment aquesta postura sembla atractiva, costa bastant d’esforç mantenir-s’hi i, a la llarga, no és pot sostenir sense deteriorar algun aspecte estructural o funcional de la salut. En aquesta postura és impossible rebre suport de l’entorn, tot depèn de la pròpia fortalesa. Mantenir el control per no perdre l’equilibri requereix una gran inversió d’energia. A tot arreu hi ha oponents que cal vèncer. L’espai interior del cos s’estreny, es tanca, s’estrangula, es talla d’una forma o d’una altra. El cas és que no hi ha espai per poder descansar dins un mateix. La sensació és com si no hagués espai a la pròpia vida per ser com un és. Contínuament s’ha de defensar el propi punt de vista, de demostrar la pròpia vàlua, d’estar alerta. No es pot deixar transcendir que, potser, de vegades un no sap que dir o fer. Ser vulnerable suposa un fracàs. Amb tot això les possibilitats de tenir un contacte real amb un mateix i amb els altres són limitades, lo mateix que les possibilitats de comprometre’s profundament amb res, dins o fora.

Des de la perspectiva de l’altra forma, amb el cap cot, les espatlles girades endavant i el pit encongit, el món es veu molt diferent. També la visió d’un mateix i del que es creu poder assolir a la vida és molt diferent. Però també a aquesta forma l’espai interior del cos s’estreny, es tanca, s’estrangula, es talla d’una manera o d’una altra. També aquí manca espai per poder descansar dins un mateix, com si no hagués espai a la pròpia vida per ser un mateix. L’esquena es fa rodona i ofereix un espai ideal per carregar-hi el pes del món amb una continua demanda impossible de satisfer que s’imposa amb una força invencible. Sembla com si el món ens estigués aixafant i com si mai tinguéssim prou forces per fer front i cobrir les demandes que la vida depara.

Tots hem desenvolupat alguna mena de patró de tensió habitual en adaptar-nos a les condicions inicials de la nostra vida, tirant més cap a la primera o la segona forma o combinant les dues. Personalment vaig esforçar-me per no donar espai a una sèrie de sensacions al voltant de la boca del estomac. No m’agradava gens estar així –ni m’agrada ara- i vaig esforçar-me tot el que podia per sobreposar-m’hi. Durant la major part de la primera meitat de la meva vida, fins que vaig desenvolupar la consciència corporal necessària per poder trobar una bona relació amb el camp gravitatori de la Terra, vaig oscil·lar entre esforçar-me per demostrar a mi i al món sencer que puc i que sóc vàlida i una mena de pantà d’una profunda depressió.

Tota la informació sensorial retinguda pels filtres generades pel patró de tensió habitual tendeix a romandre per sota del llindar de consciència des d’on tenyeix la nostra visió de qui som, com és el món i què creiem poder assolir a la vida. Encara que no la reconeixem com una cosa pròpia, el nostre sistema intenta desfer-se de la càrrega emocional que genera, donant-li expressió en formes simbòliques o desplaçant el focus en una direcció més tolerable.

En tot cas, la informació sensorial és altament complexa. Es tradueix a quelcom comparable a imatges que contínuament es comparen amb els registres de tot lo conegut fins aquell moment, els registres de l’experiència prèvia d’un mateix i la de tots el avantpassats, per poder decidir sobre un curs d’acció, ja sigui de forma conscient o inconscient. Sovint projectem les sensacions que no tolerem damunt aspectes del món exterior o altres persones.

Amb el suport del treball del reconeixement de patrons somàtic podia anar obrint una mica el nus al voltant de la boca de l’estomac, que reduïa al mínim possible l’espai on habitaven les sensacions que trobava intolerables. D’entrada vaig identificar sensacions que havia associat amb significats com no ser prou... prou el que sigui... prou bona per poder fer el que cal fer. Però també hi havia sensacions que no em pertanyien, encara que les sentia en el meu cos, sensacions que en el context de la meva vida no tenien sentit, però en el context de la vida dels meus pares i avis, sí.

Durant el primer any de vida, quan encara no hi ha una consciència de “jo”, ens sintonitzem amb la presència física i emocional dels nostres pares i avis i del lloc on vam néixer. Els meus pares i avis no van poder processar l’estrès posttraumàtic causat pel terror del regim nazi i la guerra, en el cas del meu avi les dues guerres mundials i la culpa d’haver-hi participat i d’haver gaudit d’una certa prosperitat gràcies a la fabricació de substància de destrucció massiva a la nostra ciutat. Tot això va ser intolerable per ells. Es van esforçar per passar pàgina i enfocar-se cap al futur. Però tot allò que es van esforçar per no sentir encara hi era al seu cos, hi vibrava i es transmetia a la tendra criatura que s’estava desenvolupant, junt amb la tensió que feien servir per apartar-lo de la seva consciència. Va contribuir a donar forma a la meva manera d’ocupar espai en el món i moure’m a la vida, però la meva consciència tampoc no hi tenia accés... fins fa pocs anys. Era com si m’hagués segut prohibit ni tant sols mirar en aquesta direcció.

El meu cos confirma que és així perquè quan vaig començar a mirar en aquesta direcció, a lligar caps, a poder imaginar-me com devia de haver segut el que van viure els meus avis i els meus pares, a entendre com va determinar la seva forma d’estar en el món, de moure’s i de relacionar-se entre ells i amb mi, i com tot això pot haver arribat a prendre forma en el meu cos, el malestar que m’havia acompanyat pràcticament tota la meva vida, va començar a amainar. Vaig poder assimilar coses que fins aleshores havien romàs indigestos, entre elles la culpa en la part que em pertoca com part de la meva família i del meu poble. Desprès d’haver posat milers de kilòmetres pel mig per poder posar en perspectiva els esdeveniments que van determinar les condicions inicials de la meva vida, aquest reconeixement m’apropa a la meva família, em permet sentir els vincles d’amor que ens uneixen, més enllà de la mort... Amb espai al voltant de la boca de l’estomac puc respirar lliurement i fer passos per reparar els danys que tot això va causar. Aquest reconeixement em permet aprendre dels errors del passat, enlloc de ser arrastrada per emocions reprimides a una repetició cega d’una conducta que no vull. Fer servir la meva vida per ajudar als altres a guarir les seves ferides i l’estrès posttraumàtic, transmesos de generació en generació, em dona una gran satisfacció i m’omple de sentit.

Però tornem amb l’atenció als moviments de la respiració. Donem-nos temps per acompanyar el moviment d’espirar que ens orienta cap al centre del cos i cap al terra, per prendre nota de la relació entre el centre del cos i el terra i per deixar el moviment de la inspiració iniciar-se en aquest lloc profund i expandir-nos. Així, respiració a respiració, anem afluixant la tensió habitual. Si en afluixar afloren emocions retingudes, junt amb l’aire podem deixar sortir intensitat emocional per no ser arrastrats per ella i poder entendre el que la emoció vol comunicar. Amb petits ajustaments en les relacions entre unes parts del cos i altres o entre elles i el terra podem trobar formes d’ocupar l’espai i moure’ns que ens permeten afluixar encara més. Així podem començar a adonar-nos de com tendim as posicionar-nos i moure’ns en relació al nostre entorn –i en relació a nosaltres mateixos, és a dir que podem arribar a prendre consciència del nostre patró i desenvolupar formes alternatives.

Sense tenir en compte la relació amb l’entorn no és possible afluixar la tensió habitual. Enlloc d’entestar-nos en fer alguna cosa, como ara afluixar o deixar de tensar-nos, es qüestió d’estar receptiu per la informació sensorial disponible al nostre cos i a l’entorn, és a dir, percebre el terra a sota i l’espai al voltant. Aleshores podem descobrir en quina mena de relació es troba la part tensa del cos respecte al terra, aprofitant el moment al final de l’espiració, quan ja ha sortit tot l’aire que surt fàcilment, i permetre que s’hi iniciï el moviment d’inspirar.

Noteu el contacte de la vostra esquena amb el respatller de la cadira, de les vostres natges amb el seient i dels peus amb el terra. Noteu com, amb els moviments de la respiració, canvia la pressió de la esquena contra el respatller i de les natges contra el seient i, si la vostra relació amb el terra és molt bona, podeu sentir el canvi de pressió fins i tot als peus. El moviment de la inspiració pressiona contra les superfícies dures i gairebé ens aixeca una mica. Amb l’espiració és una mica com fondre’s damunt la cadira. Aquests canvis de pressió del cos contra les parts materials del món amb les que estem en contacte poden ajudar-nos a trobar les formes més propícies de seure... d’estar dempeus... i de jaure... per trobar una obertura òptima de l’espai interior i facilitar el moviments de la respiració.  

Per dir-ho d’alguna manera, en tenir en compte la relació entre el cos i el terra, ensenyem a la part del organisme i la psique que està atrapada dins el patró de tensió habitual on hi ha una possibilitat de trobar suport. Deixant que el moviment d’inspiració s’hi iniciï justament en aquest espai més tens, li comuniquem que existeix una possibilitat de canvi i li aportem energia. Així es crea una obertura que connecta l’espai interior del cos amb l’espai al voltant.

D’aquesta manera ens ocupem de lo que és possible i real, ara i aquí, amb l’atenció enfocada en donar-nos temps per deixar sortir l’aire que surt fàcilment, enlloc de tornar a inspirar amb pressa abans d’haver aprofitat la possibilitat de relaxació inherent a la mateixa natura del moviment d’espirar. També ens concedim el temps necessari per deixar que el moviment d’inspiració s’iniciï al lloc que més necessita una aportació de nous aires i per sentir com va expandint el cos. Quan sentim que ja estem plens, no retenim res, sinó de seguida tornem a descansar cap a dins i cap al terra, mentre l’aire va sortint fàcilment. Hi ha uns músculs que podríem tensar per espirar encara més, però això ara no ens interessa. Aquest músculs han de treballar quan hi ha una demanda extraordinària, com quan fem esport o hi ha una emergència. Per les activitats de la vida quotidiana hi ha prou amb deixar sortir l’aire que surt fàcilment, només a base de relaxar els músculs que han fet la feina d’inspirar. 

Amb aquests moviments, la tensió comença a afluixar-se sense barallar-nos amb ella. Fins i tot li podem agrair la feina que va fent tot el temps. En principi, la intenció de tensar-nos va ser la de protegir-nos contra coses que ens feien por o d’assolir coses que ens semblaven importants. Encara que en afluixar la tensió es poden alliberen emocions que ens semblen indesitjables, en aflorar damunt el llindar de consciència podem trobar formes de gestionar-les i així permetre que concloguin el seu recorregut sense que ens arrastrin a comportaments contraris a la nostra voluntat conscient. Algunes emocions antigues només necessiten que el seu missatge sigui recollit, d’altres requereixen alguna acció abans de poder deixar l’espai lliure pel proper pas en el desenvolupament de la vida.

La part del sistema nerviós que manté la tensió dels músculs dins dels marges de lo que coneix com normal no és intel·ligent, no sap del pas del temps. Té constància que mantenint el grau de tensió dins els límits del patró habitual podem sobreviure. És evident. Aquí estem. Vius. No té la capacitat de saber que sense aquesta tensió probablement podríem viure molt millor. Encara i així, ensenyant-li com és poder comptar amb el suport del terra i moure’s amb més facilitat, en reconeix les avantatges. Això no treu que el patró és el que és. Per més terreny que li podem haver guanyat a tots els nivells amb un moviment conscient, en una situació d’estrès sempre serà la primera opció a la que l’organisme tendeix.  Per això és important conèixer el patró, en lo sensorial i cognitiu i practicar formes alternatives d’estar per familiaritzar-nos amb elles i conèixer-les prou bé per poder escollir-les de forma deliberada quan tot el nostre sistema vol anar cap al patró habitual.

Una bona relació entre el cos i el camp gravitatori de la Terra és un punt de partida ideal per una interioritat compromesa. Ens facilita la capacitat de respondre al que passa dins i fora, amb llibertat, conscients de la nostra vinculació amb l’entorn, sense estar presos de la reactivitat pròpia dels patrons de tensió habitual.

Per concloure vull reconèixer una tercera dona, apart de l’Annie Duggan i la Janie French, que em va ensenyar un marc de referència antic on aplicar i comprovar els meus descobriments en la relació entre el cos i el camp gravitatori de la Terra: la Suprema Matriarca de la Yun Hwa Sangha de Budisme Social Mundial, Ji Kwang Dae Poep Sa Nim. Les diverses pràctiques de la meditació Yun Hwa que ensenya ofereixen una estructura que em permet treballar amb les horitzontals i la vertical i, moment a moment, anar obrint els espais interiors en la més bona relació possible amb l’espai exterior i les bases de suport en el món al qual pertanyo.

Tot això em dona una profunda sensació de connexió y pertinença que fa de la interioritat compromesa la cosa més natural del món.

Moltes gràcies per la vostre atenció!


© Brigitte Hansmann

Brigitte Hansmann va néixer a Alemanya. En acabar la seva carrera de ciències lingüístiques aplicades va venir a viure a Catalunya com traductora autònoma. Des de 1988 exerceix en consulta privada com practicant de Duggan/French Approach pel Reconeixement de Patrons Somàtics i des de 2012 com analista de patrons arquetípics, també en seminaris, tallers i en cursos de formació . Va publicar Con los pies en el suelo: Forma del cuerpo y visión del mundo en Ediciones Icaria en 1997 (segona edició ampliada 2018) i Respirar con árboles: El poder de la respiración y la conexión con la naturaleza en Ediciones Urano en 2013. En els darrers anys la seva recerca s’està enfocant en dos àrees d’investigació: les funcions de l’aigua que hidrata els teixits del cos i els efectes de traumes en la primera, segona y tercera generació.
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