martes, 19 de diciembre de 2017

Felices festes - Felices fiestas


Que tothom, sense excepció pugui estar amb la gent que estima i que els estima! També els quatre llaços grocs!
¡Que todos, sin excepción, pueda estar con la gente que ama y les quiere! También los cuatro lazos amarillos!
 

lunes, 11 de diciembre de 2017

La ley y las agencias encargadas de asegurar su cumplimiento – Una perspectiva arquetípica

Hacia una solución del conflicto hispano-catalán (3)

Para llegar a entender una cosa desde una perspectiva arquetípica, hay que preguntar: ¿Cuáles son las cualidades, propensiones y tendencias esenciales de esta cosa? ¿Cuál es su función? En cuanto a la ley y las agencias encargadas de asegurar su cumplimiento, ¿qué es lo esencial?

En jurisprudencia, la ley constituye un sistema de reglas que regulan la conducta. Es creada y aplicada por instituciones gubernamentales y sociales. Apunta a regular el trato que los miembros de una comunidad dispensan unos a otros y a asegurar que este sea de respeto y de igualdad.

Las leyes pueden pertenecer a diferentes áreas, como el derecho civil, el derecho penal, el derecho constitucional, etc. Cada una de esas áreas se caracteriza por sus propias cualidades esenciales. Con el paso del tiempo, la ley debe adaptarse a realidades sociales cambiantes. Por ejemplo, durante un período de la historia, la ley permitía a ciertos hombres desvirgar todas las mujeres en su esfera de poder. En tiempos actuales sigue habiendo personas que aún se sienten con el derecho de hacer valer semejantes demandas, pero lo sociedad ha cambiado y ha desarrollado medios para proteger a las mujeres de esa clase de pretensiones. No obstante, asegurar el cumplimiento de leyes adaptadas a nuevas realidades sociales a menudo resulta difícil, ya que algunas personas, investidas de poder por el colectivo, tienden a creerse con el derecho de usarlo para obtener lo que desean.


En países democráticos con división de poderes la agencia encargada de adaptar la ley a las condiciones actuales, la legislación, reside en el parlamento. Si un gobierno no responde a cambios y no adapta las leyes que están en conflicto con pactos internaciones u otras realidades sociales, e incluso crea leyes para reprimir realidades sociales legítimas, no cumple con su función esencial.

En ciencia, las leyes son constataciones que predicen fenómenos, tal y como aparecen en la naturaleza. Reflejan relaciones causales fundamentales de la realidad, por ejemplo, la ley de Newton de la gravitación universal. Estas leyes se descubren; no se inventan. No hace falta asegurar su cumplimiento, ya que las cosas caen por su propio peso.

Otra palabra que describe la ley en este sentido es patrón. Los patrones regulan la conducta de toda clase de sistema, desde las unidades biológicas y físicas más simples hasta sociedades y galaxias. Los protones y los electrones siempre permanecen a cierta distancia unos de otros, a la vez que en su mayor parte permanecen juntos en formas determinadas que componen el mundo material en el que vivimos. Nuestro planeta tiene un lugar y una trayectoria determinados en el sistema solar del cual forma parte. A su vez, en la galaxia a la que pertenece, nuestro sistema solar ocupa una posición relativa a los otros sistemas que lo componen. Y lo mismo es cierto de la galaxia en el conjunto de la Vía Láctea. En cuanto salen de su huevo, los patitos siguen a lo primero que ven que se mueve, tomándolo como madre, aunque sea una pelota movida por un investigador en un laboratorio.

En función de las condiciones iniciales bajo las cuales se originó, un sistema sigue una atracción en una dirección determinada. La conducta del sistema queda limitada a un patrón reiterativo que sigue siempre la misma trayectoria, a no ser que aparezca una perturbación. Si la perturbación es lo suficientemente fuerte, la trayectoria se bifurca. A partir de ese momento existen dos trayectorias posibles. Mientras no existe más que una sola posibilidad, es prácticamente imposible tener consciencia de que la realidad puede ser más compleja de lo que se percibe desde el punto de vista de una única trayectoria estable. A partir del momento en el que existen dos opciones, empieza a ser posible tomar conciencia de cómo son esas opciones.

Esto es así, tiene estas cualidades y estos puntos débiles; ofrece estas posibilidades y lleva en esta dirección.
Colegios abiertos desde la tarde de viernes, 29 de septiembre, hasta la mañana del domingo, día del referéndum.

Aquello es de esa manera, tiene esas cualidades y esos puntos débiles; ofrece esas posibilidades y lleva en esa dirección.
Policías que siguen órdenes para impedir la celebración del referéndum

El sistema puede estabilizarse en una oscilación entre una forma de conducta y otra, por ejemplo, gobiernos de derechas e izquierdas, o abuso de poder y bancarrota moral por un lado y restauración de la justicia y ética por el otro; o puede llevar a una cascada de bifurcaciones. Una cascada de bifurcaciones conlleva una pérdida de control y de los puntos de referencia conocidos, o sea, un estado un tanto caótico. De entrada, eso da miedo, pero inherente al caos existe un nuevo orden. El sistema se reorganizará siguiendo los principios de orden inherentes al campo de fuerza en el que el proceso tiene lugar. Cuánto mejor alineado esté el proceso en el campo, tantas más posibilidades de éxito tendrá el sistema de desarrollar un funcionamiento diverso y complejo con una gran capacidad de adaptación. Una iniciativa basada en la cooperación, la comunicación, la justica y la democracia se organiza bajo el influjo de esa orientación en el campo arquetípico de la ley. La fuerza inherente a esta orientación en este campo organizará y alimentará el sistema que la lleva a cabo, de modo que podrá atravesar la fase caótica sin demasiados problemas. Para suprimir semejante iniciativa por medio de la represión, la desinformación, la injustica y la dictadura, hará falta un despliegue de fuerzas y recursos que agotará al sistema y lo hundirá.

En la ciencia, al igual que en la jurisprudencia, las leyes no tienen una validez absoluta y pueden ser tumbadas por observaciones futuras. En el momento actual, es un hecho comúnmente aceptado que los campos de fuerza tienen polos. El campo arquetípico de la ley no es ninguna excepción. No importa cómo llamamos a esos polos, en todo caso, hay un eje que los conecta. Y hay un flujo de energía a lo largo de ese eje en una dirección determinada. Del mismo modo que sería imposible o, al menos, extremadamente difícil vivir con la cabeza en el suelo y los pies en el aire, las leyes que no están alineadas con el eje y la dirección del flujo, interfieren con el buen funcionamiento del sistema y, para imponer su cumplimiento, requieren un despliegue de poder cada vez mayor.

Una ley que está en concordancia con las propiedades esenciales del campo cumplirá con su mandato de forma exquisita. Como se dijo antes, la característica esencial de la ley en jurisprudencia es la de regular la conducta y asegurar un trato de respeto e igualdad entre los miembros de una comunidad. Una ley que está alineada en este campo de tal modo que viola esas cualidades esenciales no puede regular la conducta y asegurar su mandato esencial.

El 4 de agosto de 2021, el equipo de YouTube me informó de que considera oportuno aplicar una restricción de edad a este vídeo con un discurso de la antigua vicepresidente del gobierno de España, Soraya Sáenz Santamaría, de los primeros días de octubre 2017 en el que hablaba de la profesionalidad de las fuerzas de seguridad, de la proporcionalidad de su actuación en cumplimiento de las órdenes de la justicia, dirigidas en ningún caso contra las personas sino únicamente al objetivo de confiscar el material electoral, con la intención de proteger los derechos y las libertades, y con otro en términos parecidos de Enric Milló, el entonces delegado del gobierno español en Catalunya, ambos acompañados de las imágenes de cómo realmente había pasado. En su día descargué el vídeo y lo subtitulé en inglés para añadirlo a este análisis –escrito en castellano e inglés.

 Igual que la ciencia adapta sus postulados a un conocimiento cada vez más extenso, también la jurisprudencia adapta las leyes a una realidad cambiante. Por ejemplo, el 1 de octubre de 1931 España reconoció del derecho de las mujeres a votar. El 1 de octubre de 1939 lo volvieron a perder, cuando Francisco Franco se proclamó jefe de estado. El 18 de julio de 1936, con un grupo de hombres armados,  Franco se rebeló contra el orden democráticamente establecido hasta imponer su regimen, en un principio solo en una parte del país, pero a partir del 1-O 1939 también en el resto de España y en Cataluña. Las leyes fueron adaptadas a la nueva realidad social del régimen dictatorial. Cierto número de personas sintieron que iban a beneficiarse del nuevo orden, pero la propiedad esencial de regular la conducta para asegurar un trato de respeto e igualdad entre los miembros de la comunidad se perdió. No solo las mujeres perdieron lo que hoy día se considera un derecho humano inalienable, toda España lo perdió. La tendencia siguió y en la Segunda Guerra Mundial se perdió la convivencia pacífica en casi todo el mundo entero.

El orden patriarcal de la sociedad, que regula la conducta por medio del uso de la fuerza, no es sostenible. El predominio de los valores masculinos puede haber cumplido una función para agudizar nuestros poderes discriminadores para analizar y diseccionar. De este modo, el individuo logró tomar conciencia de que existe como tal, de que es alguien más allá del colectivo del cual forma parte. Pero el siguiente paso es igual de esencial. Una vez que se tiene conciencia de existir como persona, es indispensable tomar conciencia del propio lugar en el conjunto y de las formas en las que  uno se relaciona con las otras partes del conjunto y el conjunto en su totalidad. Ahí entra el principio receptivo, femenino, de la percepción sensorial que permite percibir a sí mismo, a otros y las relaciones que existen entre las diferentes partes del conjunto.

Lo que una persona hace y no hace cuenta. Tiene un efecto en el conjunto. Tener conciencia, en el sentido de conocimiento, conlleva tener conciencia ética. Una vez que algo se sabe, se es responsable de lo que se hace con ello y al respecto. Aunque no se tenga conciencia de una realidad existente, esta no deja de hacerse notar. Se puede hacer oídos sordos, emplear más y más energía para reprimirla, hacer leyes para declararla ilegal, encarcelar a los que la ponen de manifiesto, matar a los que están dispuestos a declarar para hacerla constar ante la justicia, a no ser que se la reconozca y la ley se adapte en conformidad, un trato de respeto y de igualdad será imposible. La falta de respeto e igualdad se debe a la negación de la realidad social de parte de los que sostienen el poder, porque la consideran inconveniente, no porque unos miembros de la comunidad se nieguen a conformarse con esa negación de la realidad; son los que niegan la realidad que faltan al respeto y se instalan en un trato desigual. No importa lo poderosos que sean, su actitud lleva a la fractura social. 

Esto nos lleva a la característica esencial de la ley en filosofía y religión. La filosofía es el amor de la sabiduría, la religión un modo de restablecer una unión entre el individuo y la fuente de la cual surgió. Desde ambos puntos de vista, la función de las leyes también es la de regular la conducta. La filosofía budista, por ejemplo, afirma que según cómo uno se comporta, vive en el paraíso o en el infierno. Las religiones tienden a situar el cielo y el infierno después del muerte, lo cual probablemente también es cierto, en todo caso, se obtiene uno u otro en función de cómo uno se comporta.

De este modo se establecen los códigos de ética y moralidad. Una vez más, su alineamiento en el campo mayor de la ley y de la imposición de su cumplimiento determina en qué medida son capaces de desempeñar la función para la cual se han generado. Por ejemplo, perseguir a alguien con violencia, porque pertenece a un grupo diferente con creencias diferentes y otros modos de vivir la vida y celebrar su fe, puede estar en conformidad con el código de ética de un grupo en particular, pero, a la larga, este código de ética llevará al derrumbe de este grupo, porque está en conflicto con el flujo de energía en el campo de fuerza mayor de la ley, cuya función esencial -recordemos- es la de asegurar un trato de respeto e igualdad.


A mediados de septiembre 2017, españoles cantando: “¡A por ellos! ¡Oe, oe, oe, oe, oe!”, cuando la Guardia Civil emprendió camino para impedir el referéndum en Cataluña el 1 de octubre.

Esta clase de grupo se obstina a resistirse al cambio y no puede adaptarse a un entorno cambiante.

Por otra parte, un código de ética en concordancia con los procesos que hicieron la vida medrar, desarrollarse y hacerse cada vez más rica, compleja y diversa, apoyará a las personas que lo respetan, porque les ayuda a adaptarse al cambio, a desarrollar nuevos conocimientos y habilidades y a compartirlos libremente con su congéneres.



Asegurar el cumplimiento de la ley
La agencia encargada de asegurar que las leyes se cumplen, principalmente, es la policía a través de patrullas y vigilancia para prevenir y descubrir actividades criminales, investigar crímenes y detener delincuentes. Los juzgados y las prisiones se pueden incluir en la lista de agencias que se ocupan de la prevención y el castigo de crímenes. La función esencial de todas las agencias involucradas en asegurar el cumplimiento de la ley es la de proteger a los ciudadanos y sus derechos fundamentales.


Un cuerpo de policía que cumple con esta función está profundamente arraigado en la comunidad que protege. Un/a juez que dicta una sentencia que pone en peligro la población, cuya integridad física y psíquica y cuyos derechos fundamentales debe proteger, está en conflicto con el campo arquetípico que rige su función. No solo falta a su cometido de proteger la coexistencia pacífica de todos los ciudadanos, también expone a los oficiales de la policía que reciben la orden de imponer su sentencia a un profundo conflicto ético, si, para cumplir la orden, se verían obligados a dejar de cumplir la función esencial de su profesión.

El 1 de octubre de 2017, la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, cerraron muchas más colegios que los cuerpos de asalto de la Policía Nacional y la Guardia Civil españolas juntas, sin recurrir a la violencia empleada por las cuerpos nacionales españoles. Las cifras exactas difieren según los medios consultados. Los mossos no llegaron a cerrar todos los colegios de antemano, tal como dictaba la sentencia, porque los ciudadanos los habían mantenido abiertos, celebrando toda clase de actividades cívicas desde la tarde del viernes; y el domingo por la mañana inmensas cantidades de personas se reunieron delante de los locales para impedir que se cerraran. El domingo, el día de la votación, algunos mossos optaron por cumplir con su función de proteger la población de su jurisdicción contra los colegas cuyo objetivo fue el de infligir dolor e inspirar miedo. Ahora, esos mossos están amenazados por acciones legales en su contra por haber optado a cumplir con la función esencial de su profesión y negarse a emplear la misma violencia que sus colegas de los cuerpos nacionales españoles desplegaron.

Una actitud coherente del poder legislativo de un país democrático y estado de derecho requiere la adaptación de sus leyes y su constitución a los pactos internacionales con los que el país se ha comprometido. Para el poder judicial, esto conlleva señalar las leyes y las cláusulas constitucionales que deben ser cambiadas para cumplir esos pactos. Si el sistema judicial desacata esa función, está faltando a la función esencial de su mandato. Por ejemplo, el artículo dos sobre la indivisibilidad de la patria de todos los españoles debe ser matizado de modo que quede claro su sentido en coherencia con el resto de la constitución, es decir, que la integridad del territorio nacional queda protegida contra incursiones de fuera. La lectura que el estado español le da está en conflicto con el derecho de autodeterminación de todos los pueblos, garantizado por un pacto internacional al que España se comprometió atender incluso antes de ratificar la constitución.

Crear una ley para poder declarar un derecho fundamental de una parte de la población ilegal es arquetípicamente incoherente, al igual que la orden a una agencia de imponer el cumplimiento de semejante ley. El actual gobierno español hizo exactamente esto en 2015 con una ley inventada con la sola y única intención de impedir al pueblo catalán emprender pasos hacia su autodeterminación.

Una acción arquetípicamente incoherente puede producir nada más que sufrimiento e inestabilidad, y, a la larga, llevará al derrumbe de aquellos quienes la llevan a cabo. En vez de perder el tiempo y malversar caudales públicos, intentando imponer su lectura inconstitucional de la notoria cláusula sobre la indivisibilidad de la patria a un pueblo determinado a abstenerse de conductas arquetípicamente incoherentes tales como el uso de la violencia, el gobierno español debería concentrar todos sus esfuerzos y recursos en encontrar vías funcionales de organizar sus propios asuntos ¡que buena falta le hace!

Brigitte Hansmann
Análisis de Patrones Arquetípicos
Ciencias Lingüísticas Aplicadas
DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos
Integración Estructural
www.dfa-europa.com

jueves, 7 de diciembre de 2017

Culpa inconsciente

Hacia una solución del conflicto hispano-catalán (2)

La culpa es un sentimiento saludable que nos moviliza a buscar maneras de reparar el daño causado a otros a través de nuestra acción o no-acción. Cuando un sentimiento de culpa genuina se experimenta como intolerable, la mente consciente la reprime por debajo del umbral de conciencia. La culpa inconsciente, entonces, se convierte en un obstáculo en las relaciones de esa persona que le impide relacionarse y comunicarse con otros de forma veraz. Desde el inconsciente, la culpa se proyecta sobre la(s) persona(s) dañada(s) por la acción o no-acción de quien ha incurrido la culpa, a la vez, que también genera alguna forma de auto-castigo, por ejemplo, mediante el fracaso de sus esfuerzos por crear una vida feliz y de éxito para sí mismo, su familia o su país. Naturalmente siempre cree que la falta de éxito es por culpa de otros.

A menudo la culpa inconsciente genera enfermedad, en el cuerpo o en la mente. Viene acompañada de una gran necesidad de estar a la defensiva, porque existe una amenaza constante de que algo pueda causar el colapso de la manera en la que uno ha organizado su vida, a nivel individual o colectivo. Puede que haya una amenaza de que alguien pueda responder con represalias al daño que le ha sido causado. Pero incluso si las personas dañadas por nuestra acción o no-acción son pacíficas y no tienen ninguna intención de contraatacar, quizás, ni siquiera tienen conciencia del origen del daño sufrido, uno se siente amenazado por ellas. La amenaza está en su interior. Proviene del sentimiento de la culpa genuina. Cuanto más nos defendamos contra ella, tanto mayor será la presión ejercida por el sentimiento, ya que el esfuerzo de reprimirlo y mantenerlo debajo del umbral de la conciencia lo va comprimiendo cada vez más. De este modo la sensación de estar amenazado va creciendo.

La identidad de una persona, la sensación de que “este soy yo”, “este es quien soy”, de hecho, no es más que la capa superficial de quienes realmente somos. No es más que la forma en la que nos presentamos al público –y a nosotros mismos- que se mantiene per medio de los esfuerzos que hacemos por apartar de nuestra propia conciencia y la de todo el mundo aquellos aspectos de nuestra persona que tememos ver. Allí es donde se encuentra la culpa inconsciente. Por debajo de todo ello se encuentra la raíz biológica de quienes somos, del ser vivo que es el fruto de una larga evolución de afinidades y cooperación entre unidades individuales: partículas, elementos, moléculas, células, seres unicelulares, seres multicelulares simples, organismos multicelulares complejos y organismos multicelulares complejos que tienen la capacidad de tener conciencia de sí mismos y de la red interconectada e interdependiente de la que forman parte, aunque no utilicen esa facultad como sería de desear.

Cualquier acción o no-acción contraria a esa raíz biológica de nuestro ser es propenso a generar culpa, porque en todo momento permanecemos conectados con la red de la que nuestra vida es fruto. Lo que hacemos y no hacemos tiene un efecto en el todo. Si es alineado con los procesos básicos de la evolución, la afinidad y la cooperación, medramos y nuestro florecimiento enriquece el conjunto, lo hace más complejo y más diverso. Si la acción o no-acción se enfoca en acumular poder en detrimento de otros, uno puede tener un éxito limitado durante un tiempo, pero siempre acompañado de culpa inconsciente y, a la larga, causará su propio derrumbe.

Existe también otro nivel de culpa que tiene que ver con la comunidad, la tribu o la familia a la que pertenecemos. En una familia de ladrones, por ejemplo, un miembro que tiene una noción más clara de la raíz biológica de su ser puede sentir que tomar algo de otros sin devolver nada en una medida proporcional está en conflicto con el proceso básico de la evolución y negarse a hacerlo. No obstante, esa persona probablemente también sentirá culpa porque su negativa crea una separación en la familia. Esta clase de persona tendrá que elegir cuál culpa pesa más.

Si una persona compra grandes extensiones de terreno a un buen precio y luego convence el líder de un grupo a establecer las actividades del grupo en esas tierras, vendiendo parcelas a un elevado precio a los miembros de este  grupo, uno podría considerarlo un astuto hombre de negocios. Si al cabo de un tiempo vuelve a repetir la misma acción y se sale con la suya, tal vez, sigue sintiéndose orgulloso de sus actos. Aunque bajo un escrutinio de cerca su conducta sea cuestionable, a su modo de ver no hay nada de que sentirse culpable. Por tanto, sus descendientes continuarán organizando sus vidas y acumulando riquezas del mismo modo. “Es cómo se hace. Siempre se ha hecho así. Por tanto, tenemos el derecho de seguir haciéndolo así. ¡Es lo correcto! ¡Es la ley!” Ahora, siglos más tarde, digamos, por ejemplo, que la Unión Europea concede dinero a España para construir una infraestructura como el corredor mediterráneo, que crearía una forma relativamente ecológica de distribuir mercancías a través de toda Europa. Digamos, este dinero se gasta no en el proyecto por el que fue concedido sino en construir infraestructuras que no tienen más uso que el de enriquecer a unos pocos, a la vez que dañan la comunidad en conjunto. Aunque esas personas se sientan con el derecho ancestral de usar las estructuras legales del estado para orquestar sus asuntos y no tengan ninguna conciencia de que sus actos están en conflicto con la ley, existe una culpa genuina. Existen diversas estrategias para negar esa culpa, pero ninguna de ellas la hará desaparecer; ni siquiera si la fuente más elevada de poder en el estado dicta leyes para convertir la transacción en legal y persigue aquellos que la cuestionan. Todas esas estrategias no pueden hacer otra cosa que crear sufrimiento para la red entera de vida interconectada e interdependiente hasta que la culpa sea reconocida y pagada por aquellos que la incurrieron.

Una culpa genuina desaparece en cuanto la persona o el colectivo culpables hagan los pasos necesarios para reparar la relación dañada. La culpa neurótica es eterna, incluso si nace de un intento inconsciente de redimir una culpa genuina. Redimir una culpa a través del sufrimiento es una de las muchas demandas poco realistas de las personas que sufren de una culpa neurótica. No es posible. El autocastigo paraliza y lleva a la persona a retirarse internamente de cualquier relación. La proyección lleva a la continuación de acciones o no-acciones dañinas. La única forma de hacer frente a una culpa es reconocerla y reparar el daño causado.

Lamentablemente es cuestionable si las personas y entidades cuyas acciones y no-acciones han causado los diferentes niveles de crisis que el mundo está atravesando en términos de cambio climático, contaminación del medio ambiente, guerras, terrorismo, conflictos de determinación territorial, etc., tienen la valentía e integridad necesarias para admitir su culpa y limpiar sus actos.

Esta observadora los imagina en sus casas particulares empezando a vislumbrar la verdad: “¡Por dios! ¡No me di cuenta! De hecho debería serles agradecido a las personas que han intentado durante tanto tiempo llamar mi atención. No tengo ni idea de cómo parar el caos que he ayudado a crear. ¡Tal vez puedo empezar por decir que me arrepiento! ¡Quizás, si extiendo mis manos hacia ellos, juntos podamos encontrar una formar de limpiar el asunto!

El jueves, 28 de septiembre de 2017, esta observadora deseaba que el presidente de España, Mariano Rajoy, dijera las mismas palabras que dijo como líder de la oposición en mayo 2006.



Alguien tendrá que decirlas, tarde o temprano, porque mientras la culpa de España por haber engullido a Cataluña permanezca inconsciente, la bancarrota y el fracaso permanecerán endémicos en ambos países. Juntas, cada una con su propia soberanía, seguramente podrán lograr una convivencia mutuamente enriquecedora.

in English here

Brigitte Hansmann
Análisis de Patrones Arquetípicos
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DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos
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Proyección, la vía principal hacia un encuentro con el inconsciente

Hacia una solución del conflicto hispano-catalán (1)
"La proyección […] tiene que ver con la forma en la que el inconsciente se manifiesta. Aprendemos a través de la proyección, tanto desde el inconsciente personal como del inconsciente colectivo. Es decir que atribuimos a fenómenos o personas externas  cosas que son nuestras, pero a las que aún no tenemos un acceso suficiente. Cuando más primitivo uno es, tanto más tiende a proyectar, sin darse cuenta de que la proyección viene del propio interior, a la vez que quizás también sea relevante para el exterior.”
Yoram Kaufmann, The Way of the Image: The Orientational Approach to the Psyche
 La proyección puede ser un mecanismo de defensa, cuando proyectamos sobre otros lo que no toleramos en nosotros mismos. Desde nuestro punto de vista, entonces, son ellos los que representan aquello que no podemos soportar. La razón por la cual no tenemos un contacto suficiente con estos aspectos inconscientes de nuestra propia persona, por la que nos cuesta acceder a ellos, a menudo radica en experiencias que tuvieron lugar en algún momento de nuestra vida o la vida de nuestros predecesores y que fueron tan abrumadoras y traumáticas que se activó un mecanismo automático que nos capacitó para atravesar el peligro inmediato. Para restaurar el equilibrio interno, una vez pasado el peligro inmediato, deben suceder una serie de cosas que con frecuencia se reprimen porque dan la sensación de que el evento amenazador esté a punto de volver a suceder de nuevo. De este modo el organismo se queda encallado en un momento justo antes del impacto de lo peor; siempre es como si algo abrumador esté a punto de ocurrir, y el cuerpo y la mente permanecen en una reacción constante a aquello que se experimenta como intolerable. En un momento dado puede haber sido verdaderamente intolerable, debido a la naturaleza de lo que ocurrió o debido a la corta edad o la escasa capacidad de la persona que estaba teniendo la experiencia de enfrentar lo que la situación requería. El organismo, incluyendo la psique, necesita tiempo para darse cuenta de que el evento o la circunstancia traumáticos terminaron y para reorientarse hacia el momento presente.

Si una persona o un colectivo ha sido expuesto a condiciones traumáticas durante un tiempo prolongado, como en una guerra o un régimen dictatorial, o ha crecido en un entorno familiar represivo, le puede llevar mucho tiempo procesar y metabolizar la experiencia y restaurar el equilibrio interno. Bajo condiciones apropiadas, los seres humanos tenemos un fabuloso potencial de resiliencia que nos capacita para recuperarnos de dificultades extremas. Pero independientemente de lo bien que uno puede integrar la experiencia, dejará una marca en el individuo o el colectivo, tanto en el cuerpo como en la psique. Para que el equilibrio interno pueda ser restaurado, es necesario trabajar de forma activa con los efectos de las reacciones al trauma, tanto en el cuerpo como en la psique. En ausencia de esa clase de trabajo, las partes de las experiencias internas que han sido negadas serán proyectadas sobre el mundo exterior, sobre fenómenos externos u otras personas. En tiempos de calma esos complejos permanecen más o menos latentes hasta que determinadas circunstancias los activen y lleven a la reiteración de las condiciones traumáticas. Esto suele ocurrir una y otra vez, generación tras generación, hasta que la dinámica será abordada de forma apropiada para llevarla a una resolución.

Los complejos inconscientes afectan el funcionamiento saludable de una persona o un colectivo. La energía empleada para mantenerlos fuera de la experiencia consciente es directamente proporcional a la cantidad de energía dirigida contra los fenómenos o las personas en el mundo exterior sobre los cuales se proyectan. Un ejemplo claro se refleja en los cargos pronunciado por el gobierno español en septiembre 2017 contra la iniciativa catalana de celebrar un referéndum sobre la auto-determinación. Los partidos en el parlamento español que orquestaron y defienden la persecución judicial de las personas y los grupos involucrados en la organización de este referéndum parecen tener ninguna conciencia de que sus procedimientos manifiestan exactamente los crímenes que atribuyen a los representantes del pueblo que llevaron a cabo el mandato por el cual fueron elegidos. El gobierno español realmente está convencido de que está representando la ley y está empleando inmensas cantidades de recursos para convencer al mundo de ello.

Es natural tener miedo cuando uno se encuentra confrontado con energías poderosas provenientes de la oscuridad del propio inconsciente personal o del inconsciente del colectivo al que uno pertenece. Hace falta valor para entrar en combate con esas fuerzas. Y no todo el mundo tiene la valentía suficiente. A menudo resulta más fácil sucumbir al impulso de descargar la energía que uno no es capaz de contener a través de la proyección. Porque cuando uno se pelea con los aspectos inconscientes de su propio ser, puede pasar que uno se ve forzado a arrodillarse en una posición de reverencia frente a una fuerza mayor y de reconocimiento de una verdad que puede hacer pedazos la visión que uno tenía de sí mismo, del mundo y de lo que se creía capaz y con derecho de alcanzar en la vida. Por más doloroso que esto pueda llegar a ser para una persona o un colectivo, el reconocimiento de la sombra que uno proyecta, como propia, es necesario para poder relacionarse con otros libremente, comunicar con ellos de forma veraz y convivir en paz.
 
Cuando uno reconoce una proyección como propia, es posible crear una base estable para resolver dificultades en las relaciones. Una vez que uno se da cuenta de que su conducta hace daño a personas que valora, tiene que tomar una decisión a cuanto a cómo aplicará esa conciencia. Conlleva un sacrificio. ¿Qué está uno dispuesto a sacrificar? ¿Las personas que valora? ¿La conducta dañina?

En cualquier caso, la proyección es la vía principal a través de la cual uno puede encontrarse con el inconsciente, personal y colectivo, y aprender de él. Tal como afirma Yoram Kaufmann, “simplemente es imposible llevar a cabo el trabajo de crear unidad sin una relación profunda entre la consciencia y el inconsciente”. El propósito debe estar alineado con unas directrices de naturaleza arquetípica. Las leyes creadas para dañar a congéneres o privarlos de sus derechos humanos no pueden imponer la unidad bajo ninguna circunstancia. Si uno se esfuerza por encubrir una culpa, aunque sea de forma inconsciente, creará separación.

Entre España y Cataluña, ¿quién está creando separación? ¿quién está siendo nacionalista?

In English here

Brigitte Hansmann
Análisis de Patrones Arquetípicos
Ciencias Lingüísticas Aplicadas
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sábado, 25 de noviembre de 2017

En suport al legítim govern de Catalunya

para castellanohablantes más abajo

Benvolguts Srs. President, Vicepresident, Consellers, Conselleres del legítim govern de Catalunya a l’exili i a la presó!

Vosaltres encarneu la base institucional per la creació de la nova república. Veu crear el marc legal per constituir-la. Moltíssimes gràcies per la vostra valentia i dedicació!


El poble ha posat de manifest l’espasa de llum de la consciència i del discerniment. Aquesta espasa penetra a les entranyes de la humanitat i fecunda la llavor de llibertat que tothom hi porta. No sé quina durada té la gestació d’una república. Però sent humana, crec, s’haurà de comptar amb un mínim de nou mesos.

Volem que podeu estar lliures, sense càrrecs, per treballar plegats i tenir cura d’aquest procés orgànic de gestació d’una nova forma de convivència amb respecte i dignitat per tothom.

Mentre l’estat espanyol s’entesta en retratar la seva cara feixista a la vista del món sencer, tenint-vos presos i a l’exili, si us plau, teniu cura de la vostra salut: descanseu, feu exercici, mantingueu-vos ben hidratats, llegiu, escriviu, somieu...

No sé què podem fer per aconseguir la vostra llibertat ja, però sí sé, que qualsevol cosa que es fa per lluitar contra el mal, només li dona energia, tal com ensenya una antiga saviesa; si no l’alimentem amb la nostra energia, el mal es consumirà a ell mateix. Mentre, lo indicat és enfocar la pròpia energia en un vigorós progrés en el be.

Un vigorós progrés en el be, per mi, vol dir treballar plegats, vol dir idear i crear les estructures de la mena de república en la que volem viure.

Des del fons més profund del meu cor: gràcies! I visca la terra!

Brigitte Hansmann
www.dfa-europa.com


Queridos Sres. President, Vicepresident, Consellers, Conselleres del legítimo gobierno de Cataluña en  el exilio y en prisión!

Vosotros encarnéis  la base institucional para la creación de la nueva república. Creasteis el marco legal para constituirla. ¡Muchísimas gracias por vuestra valentía y dedicación!


El pueblo ha puesto de manifiesto la espada de luz de la conciencia y del discernimiento. Esta espada penetra las entrañas de la humanidad y fecunda la semilla de libertad que todo el mundo lleva en su interior. No sé qué dura la gestación de una república, pero siendo humana, creo, habrá que contar con un mínimo de nueve meses.

Queremos que estéis en libertad, sin cargos, para trabajar juntos y cuidar este proceso orgánico de gestación de una nueva forma de convivencia con respeto y dignidad para todos.

Mientras el estado español se obceca en retratar su cara fascista a la vista del mundo entero, teniéndoos presos y en el exilio, por favor, cuidad vuestra salud: descansad, haced ejercicio, manteneos bien hidratados, leed, escribid, soñad…

No sé qué podemos hacer para conseguir vuestra libertad ya, pero sí sé que cualquier cosa que se haga para luchar contra el mal, sólo le da energía, tal como enseña una antigua sabiduría; si no lo alimentamos con nuestra energía, el mal se consumirá a sí mismo. Mientras tanto, lo indicado es enfocar la propia energía en un vigoroso progreso en el bien.

Un vigoroso progreso en el bien, para mí, quiere decir trabajar juntos, quiere decir idear y crear las estructuras de la clase de república en la que queremos vivir.
 
Desde el fondo más profundo de mi corazón: gracias!
I visca la terra!

Brigitte Hansmann
www.dfa-europa.com

domingo, 5 de noviembre de 2017

Comunicación inconsciente: El cuerpo no miente

El campo comunicativo



Todo acto de comunicación consiste en emisor, receptor y mensaje. Entre emisor y receptor se constela un campo interactivo que el analista estadounidense Robert Langs llama campo comunicativo. En un diálogo o una tertulia, todas las partes son emisores y receptores de forma intermitente. En un discurso, ya sea de un presidente, de un conferenciante o una persona cualquiera, hay un emisor y muchos receptores. En todo caso, el campo comunicativo se caracteriza por las propiedades inherentes a la función de la comunicación, en principio, la de crear entendimiento, compartir conocimiento o celebrar la convivencia, aunque existen casos en los que deliberadamente se utilizan mensajes para confundir y destruir la comunicación, la comprensión y la convivencia.

Sobre la base de su experiencia clínica, Dr. Langs ha dedicado una gran parte de su extensa carrera profesional al estudio de las dinámicas que tienen lugar en ese campo comunicativo, a fin de facilitar el entendimiento mutuo y de evitar la confusión y los conflictos entre personas y colectivos humanos generados por los contenidos inconscientes presentes en numerosas comunicaciones. Con esta intención desarrolló un método sencillo y altamente eficaz para descifrar el significado de las comunicaciones inconscientes en la vida de cada día.

Dos tipos de mensaje
Los mensajes simples no significan más que lo dicho y, normalmente, se limitan a fines utilitarios. Pero con frecuencia se transmiten mensajes más complejos con múltiples niveles de significado, un mensaje simple en la superficie y otro/s codificado/s que pasa/n desapercibido/s si no se conoce el contexto. Para llegar a identificar y comprender los niveles subyacentes de significado, es indispensable conocer el contexto del mensaje, del emisor y del receptor, y también del lugar y del momento concretos en el que es comunicado, y de su motivación. Con frecuencia codificamos contenidos, sin tener conciencia de ello, porque nos cuesta enfrentar directamente la carga emocional relacionada con ellos. Hasta cierto punto, esa vía indirecta nos ayuda a adaptarnos, pero las mismas defensas que protegen la integridad psíquica frente a contenidos que se experimentan como amenazantes, pueden desembocar en locura e incapacidad de comunicar de forma verídica.

Independientemente de si tienen conciencia de ello o no, los participantes en el campo comunicativo detectan posibles contenidos ocultos más allá de las palabras y los significados comunicados conscientemente y responden o reaccionan de forma correspondiente. Muchos conflictos y malentendidos tienen su origen en ese ámbito inconsciente de la comunicación y podrían resolverse si se supiera cómo descodificar los mensajes ocultos. Para ello es imprescindible ponerlos en relación con el estímulo que los ha desencadenado, con el contexto en el que tienen su origen.

En su discurso en el senado de España, el 26 de octubre 2017, la vicepresidente de España, Soraya Sáenz Santamaría, nos da un excelente ejemplo de un mensaje de superficie con otro significado subyacente, muy distinto: afirma que la aplicación del artículo 155 de la constitución española garantiza la restauración del orden público y devuelve la tranquilidad a todos los catalanes. Lo dice con un fuerte énfasis en el “todos”. El mensaje de superficie es simple y claro; pone de manifiesto la benévola intención de la vicepresidenta y del gobierno que representa. Pero si se tiene en cuenta el contexto de esta frase - este artículo daría al gobierno español el derecho de cesar el gobierno autónomo de Cataluña y de intervenir las instituciones catalanas-, pone de relieve el origen del conflicto hispano-catalán: para un amplio sector de la sociedad catalana las pretensiones del gobierno español resultan ofensivos y prometen todo menos tranquilidad. Mientras en la superficie pretende ofrecer tranquilidad a todos los catalanes, el significado oculto niega la existencia de millones de personas.

Cabe preguntarse en qué medida el significado oculto expresado en esa frase de su discurso es inconsciente. Podría ser parte de una estrategia calculada para provocar una reacción violenta que de cara a la galería justificaría la aplicación de ese artículo que, en sí, es injustificable, si no fuera por una burda manipulación de la constitución y del estado de derecho. No obstante, la discrepancia entre el significado de superficie y el oculto puede perfectamente ser atribuible a la ingeniosa capacidad de la mente humana de apartar de la conciencia los contenidos que por una u otra razón resultan intolerables. Los síntomas del estrés postraumático y de la culpa no reconocida son ejemplos clásicos que llevan a personas inteligentes y sensibles a negar actitudes y comportamientos que resultan evidentes e innegables desde un punto de vista que permite examinar la situación con una perspectiva más amplia.

El cuerpo y la voz
Esta observadora internacional autonombrada del conflicto hispano-catalán, en el campo profesional, se ha especializado en el reconocimiento de patrones somáticos, es decir, ayuda a las personas a tomar conciencia de su forma de ocupar el espacio y de moverse en el mundo, de la tensión habitual que mantiene esa forma, y de las actitudes que esa forma expresa. De este modo, con frecuencia se llegan a comprender contenidos inconscientes que desde el punto de vista del yo consciente resultan amenazantes, porque ponen en entredicho el estatus quo de la visión de uno mismo, del mundo y de lo que la persona siente que la vida le puede deparar. No obstante, una vez reconocidas las circunstancias concretas que cargaron las condiciones iniciales de la vida de una persona del significado que esta llegó a tomar como una realidad objetiva, se descubre que este significado carece de la validez absoluto que se le había atribuido. Por doloroso que pueda resultar ese reconocimiento inicialmente, suele suponer un alivio, ya que posibilita una comunicación, conexión y relación verdaderas con los demás, que no es posible mientras el punto de vista desarrollado bajo las condiciones iniciales de la vida se considera la realidad absoluta.

Aprovechemos, pues, la oportunidad de analizar la presencia física y el sonido de la voz de la señora Sáenz Santamaría en su discurso en el senado el día 26 de octubre de 2017. Al hacer la prueba y hablar poniendo la boca como la pone ella, cuando habla, podemos hacernos una idea de qué sucede en su cuerpo. El simple gesto de los labios, tan típico de ella, afecta a todo el cuerpo. Lo primero que noto, cuando lo adopto, es cómo se acorta la musculatura de las cervicales y la zona lumbar. A su vez, ésta tira las costillas inferiores hacia dentro y limita el movimiento del diafragma, con lo cual los movimientos respiratorios quedan restringidos. El espacio a lo largo de todo el eje central del cuerpo queda encogido. La tensión de los músculos le mantiene a uno en conflicto con la dirección de la tracción de la fuerza gravitatoria, es decir, la postura está atrapada en un gesto en el que uno se separa del entorno. No es de extrañar, pues, que la señora Sáenz de Santamaría perciba la reivindicación de auto-determinación de Cataluña como separatista. La tensión mantiene la sensación directa del interior del cuerpo por debajo del umbral de la conciencia y uno no se da cuenta que, en efecto, está generando separación. Siguiendo el movimiento de la espiración, una no puede descansar hacia el centro del cuerpo debido a la estrechez del espacio central producido por el gesto de los labios que tira hacia arriba, hacia el exterior, hacia el espacio delante de la boca. Por tanto, la nueva inspiración tampoco llega a ese espacio profundo sino que se queda en la superficie, acompañada con una sensación de insatisfacción constante, porque la sensación de la conexión inherente a la naturaleza de todo ser vivo queda suspendida en la tensión de los músculos. Según el momento, la sensación de insatisfacción es más o menos difusa, pero nunca deja lugar a la profunda satisfacción de descansar en la conexión indivisible que existe entre todo ser vivo y la totalidad de cuanto existe.

Los labios son la primera parte del cuerpo con la que un bebé busca restablecer la conexión con su madre, interrumpida por el parto. El gesto de los labios de la señora Soraya Sáenz Santamaría, junto con muchas de las palabras pronunciadas por ellas, sugiere que en los primeros días o semanas de su vida sucedió algo que supuso una separación prematura de su madre, cuando su sistema nervioso todavía no estaba lo suficientemente desarrollado como para poder gestionar una separación de cierta duración. Otra posibilidad es que el contacto con su madre haya sido afectado por los registros de experiencias traumáticas o de una culpa inconsciente en el cuerpo de la madre, tal como sucede con la inmensa mayoría de personas vivas en la actualidad.

Estrés postraumático y culpa inconsciente
Pocas personas adultas hay en el mundo hoy que no sean descendientes de personas que han vivido una situación de guerra y/o de dictadura en el siglo XX, o que no hayan sido expuestas personalmente a esa clase de situación. Utilizamos la tensión de nuestros músculos para apartar de la experiencia consciente las sensaciones relacionadas con el trauma o la culpa que nos resultan intolerables, para sobreponernos, distraernos o evadirnos de una manera u otra. Hay una gran variedad de estrategias. Invariablemente, los contenidos apartados o reprimidos, se constelan como complejos autónomos de la psique, latentes en tiempos de calma. Pero en situaciones de estrés y, particularmente, bajo circunstancias que tienen cierto parecido con la situación traumática inicial, estos complejos se activan, toman posesión de la persona y eclipsan su capacidad de funcionar con cordura y juicio racional. La persona poseída no suele tener conciencia de la posesión sino que considera su conducta perfectamente razonable.

El impacto de experiencias traumáticas afecta a víctimas, perpetradores y testigos indistintamente. Mientras algunas personas logran procesar el trauma y aprender de la experiencia, muchos optan por intentar olvidarla, como si esto fuera posible. Nuestros padres y abuelos se aplicaron en dejar el pasado atrás y enfocarse hacia el futuro, probablemente porque las heridas eran demasiado profundas, el terror demasiado grande, el dolor intolerable, la culpa insondable. Pero las heridas no pueden curar sin una adecuada atención, el terror no se apacigua sin enfrentar lo que lo suscita, el dolor no se calma intentando sobreponerse, la culpa no puede eximirse con sufrimiento, fracasos y bancarrotas, no puede saldarse sin reconocerla y hacer los pasos necesarios para reparar la relación vulnerada. Las heridas, el terror, el dolor y la culpa que nuestros padres y abuelos no se vieron capaces de procesar y asimilar están presentes en nuestras vidas hoy; dan forma a nuestra manera de ocupar el espacio en el mundo y de movernos en la vida. Las formas en que se manifiestan abarcan una gran variedad: adicciones, conductas violentas y delictivas, vidas accidentadas, enfermedades degenerativas de mayor o menor envergadura, actos fallidos, una incapacidad de relacionarse de forma significativa, amorosa y solidaria con otros seres vivos, humanos y no humanos, desconocidos o de la propia familia, fracasos profesionales y personales, bancarrotas individuales y colectivas, etc.

Nuestra generación está en condiciones de hacer lo que las generaciones anteriores no fueron capaces de hacer. Una comunicación honesta puede dar la atención adecuada a las heridas abiertas que necesitan curarse, puede apaciguar el terror ante la amenaza de aniquilación por la violencia física de las armas o la violencia psíquica del ninguneamiento, puede calmar el dolor producido tanto por las faltas de otros como por las propias, puede dar lugar al reconocimiento de la culpa por los daños infligidos y a la reparación de las relaciones dañadas.

El desarrollo de la conciencia
Palabras como "separación" y "secesión" y las que se derivan de ellas, usados con predilección por los políticos y medios que abogan por la unidad de España, parten del supuesto que hubo un unión que Cataluña pretende romper. Al presentar la voluntad catalana de auto-determinación sin su contexto histórico, se señala al pueblo catalán y al gobierno elegido por él como responsables de la fractura social y económica del estado español. Una mirada más de cerca, sin embargo, que tiene en cuenta el contexto tanto histórico como actual, revela que a partir del momento en el que dejaron de existir las Españas con sus diferentes formas de gobierno, las tierras catalanas con su población fueron anexionadas por el estado centralista. En términos de desarrollo de la conciencia diríamos que fueron engullidas por la conciencia indiferenciada de las masas, típica de regímenes totalitarios. En ningún momento se dio paso alguno para crear una unión entre España y Cataluña, ni siquiera en los inicios del estado democrático que se pretendía construir en 1978, con la pretensión de los gobiernos autónomos llamados "café para todos" que daban a las regiones que no habían conocido ninguna forma de gobierno más que la centralista las mismas competencias que a una nación con una tradición milenaria en la participación ciudadana en el gobierno. El significado de superficie de "separación" y "secesión", de "separatista" y "secesionista", acusa un ataque a la unión, y encubre el significado subyacente que niega la existencia de millones de personas y los ataques perpetrados contra ellos y sus instituciones durante siglos en el intento de imponer las estructuras y la cultura española. No es de extrañar, pues, que tantos catalanes no se sientan pertenecientes a un estado que no los reconoce.

La imperiosidad con la que se defiende la supuesta unidad de una España que incluye Cataluña pone de manifiesto cuan precaria es la sensación de la propia identidad española. En este contexto cabe destacar que hace cuatro días que España ha dado los primeros pasos para emerger de la conciencia de masas propia de las dictaduras. Hace falta tiempo para construir las estructuras que permiten una toma de conciencia de la propia identidad. Para reconocer a otro, es imprescindible tener la capacidad de conocerse a uno mismo, cosa que empieza a ser posible a partir de cierta edad. En estos días tanto España como Cataluña tienen la oportunidad de verse retratados en sus formas de interactuar.

Dos estilos de comunicación
Básicamente, Dr. Langs identifica dos estilos de comunicación: la recepción y emisión de verdades por una parte y, por otra, la recepción y emisión de mentiras. Ambos cumplen una función adaptativa, pero para un intercambio significativo real es indispensable que lo recibido y emitido sea verdad.

Una persona que reconoce un estímulo perturbador y lo procesa y se adapta de un modo significativo, se ocupa del origen interactivo e intrapsíquico de un problema emocional, y responde sin evitarlo ni falsificarlo. Es emisora de verdad. Una persona abierta hacia los significados válidos en los mensajes de otros es capaz de procesar de forma consciente los significados más importantes de los mensajes recibidos y de responder con su propio mensaje codificado que claramente se deriva de las implicaciones del mensaje recibido. Es receptora de verdad.

Una persona que no responde a un estímulo importante, ni procede a generar una respuesta derivada significativa, destruye un elemento de la red comunicativa, o varios. Es emisora de mentiras o de barreras de mentira. Los emisores de mentira desean no vérselas con estímulos perturbadores. Se cierran en banda ante el impacto de lo que no quieren ver y desatienden los significados e implicaciones que se derivan de ello. Generalmente sin tener conciencia de ello, niegan la verdad de un estorbo generado, es decir que crean un sistema de barreras de mentiras, o sustituyen la verdad por mentiras o ficciones. Los receptores de mentiras borran y destruyen los significados de los mensajes entrantes. No muestran ninguna señal directa de comprensión, ni producen elaboraciones codificadas de las implicaciones de los mensajes recibidos. Mantienen una actitud de no-significado en ambos niveles.

Un tipo común de emisor de mentiras es el creador de clichés. Los clichés son una formación de barrera de mentira extremadamente corriente. Los creadores de clichés inteligentes les dan la apariencia de expresiones sustanciales, aunque un examen un poco más de cerca revela una ausencia esencial de significado dinámico y vital. Veamos, por ejemplo,  las continuas alusiones al estado de derecho y la constitucionalidad de parte del gobierno español en el conflicto hispano-catalán, repetidas por los líderes de la oposición y por los principales miembros de la comunidad europea. En sí, el estado de derecho y la constitucionalidad, sin duda, representan valores fundamentales que todos deberían respetar. Pero si se erige como defensor alguien que de forma continuada tergiversa, tuerce e infringe los valores representados por esas palabras y abusa de ellas con fines personales o partidistas, cuanto más las repita, tanto más las va convirtiendo en clichés. Aunque no constituyan mentiras aparentes, su verdadero significado se desgasta con el tiempo y la repetición, hasta perder todo validez. Aun así, con frecuencia son aceptados por el receptor del mensaje porque las palabras tienen una cualidad reconfortante, por huecas que suenen. El significado pretendido es bien recibido como formación de una barrera de mentira que desvía hacia un lado el impacto imperioso de verdades perturbadoras subyacentes.

¿Cuál podría ser, pues, la verdad subyacente cuyo impacto perturbador el estado español y los principales miembros de la comunidad europea necesitan desviar?

Los residuos del trauma y de la culpa inconsciente en el cuerpo
Para el pueblo catalán el ataque del estado español contra su identidad cultural y la forma ancestral de participación ciudadana en el gobierno constituye un estímulo perturbador. Durante centenares de años se ha dedicado a procesarlo y adaptarse de un modo significativo.  Se ocupa del origen interactivo e intrapsíquico del problema emocional que esa situación supone y responde sin evitarlo ni falsificarlo. Recibe el significado de los mensajes del estado español y de la comunidad europea y se hace a la idea de que poca comprensión puede esperar de España y de la comunidad europea, a no ser que logre esforzarse aún más para comunicar la realidad de la vida en Cataluña de un modo que despierte la atención de Europa e, idealmente, España. Una parte sustancial de la población catalana ha aprendido a procesar de forma consciente los significados más importantes de los mensajes que recibe desde dentro y fuera y a responder con sus propios mensajes codificados claramente derivados de las implicaciones del mensaje recibido. En todo momento, de forma inagotable, sigue la intención de comunicar para llegar a una solución aceptable para todas las partes.

A lo largo de siglos, el gobierno español responde con negativas a la reivindicación catalana de ser reconocido como pueblo con una cultura y una forma de gobierno distintas de las del pueblo español. Más allá de la represión, ataques violentos e insultos, de momento, el estado español no ha generado ninguna respuesta significativa y, así, va destruyendo más y más elementos de la red comunicativa. Desea no saber nada de la reivindicación catalana, ya que la considera perturbadora. Pero en vez de procesar la perturbación y adaptarse de un modo significativo, se cierra en banda ante su impacto. Desatiende los significados e implicaciones que se derivan de la reivindicación. Niega que sean verdad, crea un sistema de barreras de mentiras y sustituye la realidad de la actualidad catalana por mentiras y ficciones. Borra y destruye los significados de los mensajes que el pueblo catalán dirige hacia el estado español tanto directamente como a través del gobierno que eligió. No muestra ninguna señal directa de comprensión, ni produce elaboraciones codificadas de las implicaciones de los mensajes recibidos. Se mantiene en una actitud de no reconocer ningún significado. Ni reconoce como legítima la reivindicación catalana de auto-determinación,  ni reconoce la violencia ni la injusticia de su propia reacción.

Si las mentiras son conscientes e intencionadas, significaría que el gobierno español es una banda criminal. ¿Es posible que toda la comunidad internacional sea cómplice? Hay quienes creen que efectivamente es así. A esta analista de patrones de conducta, sin embargo, le parece que las barreras de mentiras y los clichés que predominan en la actitud española e internacional hacia la intención de millones de catalanes, se deben a síntomas desatendidos de estrés postraumático y culpa inconsciente en el contexto de las guerras y dictaduras del siglo XX, adquiridos a través de la propia experiencia o del contacto con padres y abuelos (incluyendo madres y abuelas) traumatizados.

El trabajo interno para resolver los registros traumáticos no es fácil. Normalmente se embarcan en ello solo aquellos que no tienen más remedio, cuando ya no son más capaces de mantener las posturas de negación y su mundo se les viene abajo. Algunos afortunados se dan cuenta antes y lo emprenden de forma deliberada. Para las víctimas, tal vez, de entrada, la necesidad de llevar a cabo ese trabajo es más apremiante y también más prometedora, porque el camino deja vislumbrar una posibilidad de salir de la impotencia  frente a un opresor violento. Para los perpetradores de injusticias y violencias suele ser más difícil, ya que, aparte del terror y dolor de la experiencia en sí, conlleva tener que reconocer que uno mismo, o una persona amada y próxima, o un colectivo al que uno pertenece, ha cometido injusticias y atrocidades vergonzosas.

Una gran parte del pueblo catalán ha hecho ese trabajo interior en alguna medida. Estuvo presente con el dolor, el terror y la rabia producidos por los reiterados ataques a su cultura y su forma de expresarse y gobernarse. Sin hundirse en las emociones, sin dejarse arrastrar por ellas a conductas destructivas, y sin negarlas, ha encontrado una forma significativa de representarlas, por ejemplo, en la celebración anual de los actos conmemorativos el 11 de septiembre, el emplazamiento del parlamento catalán en el edificio que alojó el arsenal de armas de las fuerzas de ocupación española en la base militar construida en una barriada que fue derrocada con el fin de vigilar y dominar la ciudad. La estatua delante del parlamento, “Desconsol”, el desconsuelo, da expresión estética al sentimiento prevaleciente respecto a la pérdida de sus derechos y el trato recibido a lo largo de los siglos. Cansados de la beligerancia y corrupción de los que sustentan un poder usurpado por desacatamiento testamentario primero, el uso de las armas después y la judicialización de la política a través de la manipulación de las instituciones del estado de derecho después, una vez más, el pueblo catalán está gestionando el estrés postraumático, está aprendiendo de sus errores y va recuperando las fuerzas suficientes como para manifestar su existencia y darla a conocer al mundo entero.



Para las personas y los colectivos cuya identidad está atrapada en los mecanismos de defensa contra los registros traumáticos y las culpas inconscientes, resulta amenazante reconocer la legitimidad de las reivindicaciones catalanas porque implicaría tener que admitir los rastros de traumas y culpas inconscientes que amenazan en su propio interior. ¿Tenemos que pasar por otra ciega reiteración de las dinámicas de una confrontación violenta? Es debido a la ciega repetición de las dinámicas generadas por los registros traumáticos en los cuerpos de cada individuo que la ultraderecha vuelve a aumentar el número de sus adeptos en todas partes. ¿Tenemos que esperar hasta que el mundo entero se venga abajo en una crisis generada por los traumas no resueltos y las culpas negadas y genere traumas y culpas todavía mayores, antes de ponernos a atender sus síntomas? En vez de esperar a que ya no haya otra opción, podríamos poner manos a la obra. Un buen primer paso podría ser dejar de considerar el conflicto hispano-catalán un asunto interior de España y reconocerlo como un asunto que nos concierne a cada uno individualmente y a todos como colectivo humano.

La lucha con la verdad y la mentira forma parte de la naturaleza humana
Dr. Robert Langs nos advierte de la importancia de reconocer que la lucha con la verdad y la mentira, consciente e inconsciente, forma parte de la naturaleza humana. El que comunica mentiras debería tener nuestra compasión y comprensión, afirma, y el que dice la verdad, nuestra más profunda admiración.

En todo caso, el cuerpo no miente. En el discurso de la señora Soraya Sáenz de Santamaría en el senado el día 26 de octubre 2017, se vislumbró lo que podría ser un indicio esperanzador de que, al menos su cuerpo, esté empezando a reconocer la insostenibilidad de la actitud del estado español: en varios momentos estuvo a punto de perder la voz.

Al escuchar el sonido de la voz de la gente se puede oír si realmente creen lo que dicen. Algunas personas están convencidas de decir la verdad, externamente, pero solo una parte de su cuerpo participa en el acto de dar expresión a lo que dicen, mientras otras partes, a menudo de mucha más envergadura, permanecen quietas. Entonces la voz suena impostada, falsa, sarcástica, dubitativa, burlona, hueca, estridente, forzada, paternalista, despreciativa... en la parte frontal superior del cuerpo, con un bloque oscuro inmóvil detrás. A esta observadora internacional del conflicto hispano-catalán las voces que justifican la aplicación del artículo 155, en el mejor de los casos, implican un 30% del cuerpo de los señores Rajoy, Méndez de Vigo, Maza, Rivera, Arrimadas, etc., en el acto de hablar. Lo que el 70% restante oculta puede, en realidad, resultar bastante inofensivo. Es la intensidad de las defensas contra eso que se esfuerzan por mantener apartado de su conciencia -y la nuestra- que puede convertirlo en algo realmente aterrador. Para descubrir en qué medida ese 70% representa una agenda ocultada de forma intencional y en qué medida es inconsciente, tendrían que estar dispuestos a establecer una relación veraz con ellos mismos y con los demás.

4 de noviembre 2017

Langs, Robert, Unconscious Communication in Everyday Life, Jason Aronson Inc., Northvale, 1993

Brigitte Hansmann
   Análisis de Patrones Arquetípicos
   Ciencias Lingüísticas Aplicadas
   DFA Reconocimiento de Patrones Somáticos
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sábado, 4 de noviembre de 2017

Unión e independencia



 
¿Cómo es posible que personas que se esfuerzan por crear paz y unión, hagan lo que puedan para dar apoyo a la independencia de un país? ¿No se trata de unir en lugar de separar? Para alguien que no conoce, o conoce solo superficialmente, la historia catalana, el pueblo catalán y el presente catalán dentro de España, ciertamente es difícil de comprender. Tratar esta cuestión en profundidad en un marco de espacio limitado es imposible. Pero una comparación puede clarificar el asunto.

Imaginaos un matrimonio entre un hombre católico y una mujer católica, o sea, un enlace sagrado indisoluble entre dos personas. En el momento de casarse, todo el patrimonio de la mujer pasa a manos del hombre. Al cabo de unos años, él le niega el derecho de decidir sobre sus asuntos: Eres mía y todo eso sobre lo que quieres decidir también es mío. No tienes nada que decir al respecto. De tus abuelos, tu padre y tu hermano mayor no hace falta que esperes ayuda, ya los he matado. Y como sigas quejándote, mataré también a tu madre y los hermanos y hermanas que te quedan.

Pasan los años y, cuando la madre ya murió, la mujer quiere el divorcio. Sus hermanos y hermanas la apoyan en su intención. El hombre no quiere saber nada de esto; interviene sus cuentas bancarias, la derrenga a golpes, la calumnia y la encarcela. A los compañeros de su peña de tertulias su actitud les resulta incómoda, pero hablan de nada más que de la indisolubilidad del sacramento del matrimonio y de que las dificultades deberían resolverse en la vida privada de la pareja. Pero un día a uno de los contertulianos se le escapa lo que les preocupa realmente: si se reconoce la legitimidad de la demanda de la señora posiblemente las esposas de otros contertulianos también querrán seguir el ejemplo de ella.

Legitimidad no tiene ni pizca la reivindicación de España sobre Cataluña. La anulación de un enlace que existe bajo las condiciones mencionadas no debería ser más que una formalidad. La principal dificultad reside en el hecho de que España niega el factor diferencial de Cataluña, a la vez que se siente amenazado precisamente por esa diferencia. Los catalanes tienen una cultura muy diferente de la española. Esto salta a la vista de cualquiera que se tome el tiempo de mirar aunque sea solo un poco. El principio al que los catalanes siguen es “hablando la gente se entiende”. Esto quiere decir que también saben escuchar para saber con quiénes están tratando y qué les importa a los otros. Tal vez llegaron a desarrollar el arte de negociar porque España les prohibió participar en la conquista de América que dejó casi la península ibérica entera desforestada con tantos barcos que se construyeron para buscar “El Dorado”, la ciudad de oro a ultramar. Muchos suelos fértiles se perdieron debido a la erosión provocada por la falta de bosques, y la tierra sufre una fuerte tendencia a la desertificación. Los incendios provocados para recalificar tierras para la construcción hacen otro tanto en nuestra época. 

Los intentos continuados a lo largo de los siglos de suprimir la cultura catalana e imponer la española califican la reivindicación española sobre Cataluña como la de un conquistador sobre una colonia. De hecho, Cataluña nunca llegó a ser una parte de España, ni siquiera desde el punto de vista español. Sólo hace falta ver lo que los propios españoles han ido diciendo sobre los catalanes a lo largo de los siglos. Siempre se les ha visto como diferentes y siempre como una amenaza. Pero lo que es amenazante en los catalanes, es la culpa inconsciente de quien los maltrata, que no tolera verla y, por esto, la niega y la proyecta sobre las personas maltratadas.

Desde el punto de vista de esta autonombrada observadora internacional del conflicto hispano-catalán en ninguna otra parte hay una historia tan acerba y unívoca como aquí. Puede que esto se deba a mi ignorancia. Pero mi propuesta para los señores contertulianos es que aprendan del comportamiento fallido de su compañero. Si uno quiere tener una buena relación con unas personas, lo sensato es conocer las particularidades de estas personas, escucharlos y hacer suyos sus deseos y sus miedos para poder cumplir los deseos en la medida de lo posible y ofrecer protección donde reina el miedo. Pero en el caso de Cataluña, ni esto serviría a estas alturas. La unión entre España y Cataluña fue condenada al fracaso a partir del momento en el que dejaron de existir las Españas, cuando España empezó a suprimir las facultades de autogestión del pueblo catalán y a imponer a la fuerza el orden centralista que caracteriza el gobierno español. 

Una característica del pueblo catalán es su capacidad de integrar a personas que son diferentes en la población general. Los españoles que viven en Cataluña, por esto, no tienen nada que temer. Además, a esta observadora internacional autonombrada le parece que nadie quiere poner fronteras, sino simplemente delimitar las competencias que tocan a cada uno en su propio territorio. Una buena relación entre España y Cataluña podrá crearse, en cuanto España reconozca la soberanía catalana.

Negar la forma de ser diferente de una persona o de un pueblo es violencia, ya sea a través de armas o a través de leyes y constituciones. Las leyes y las constituciones existen para regular la convivencia en la sociedad y para asegurar el respeto y la igualdad de derechos en los tratos mutuos entre los miembros de la comunidad. Las leyes que son contrarias a esta finalidad, a la larga, no son sostenibles porque, en vez de regular la convivencia, fomentan el hundimiento de la comunidad en su totalidad.

La única solución arquetípicamente coherente del conflicto hispano-catalán es el reconocimiento de la soberanía catalana. Aunque le cueste al gobierno español, le será posible saldar la culpa del maltratador solo si emprende pasos para reparar la relación dañada. Solo de esta manera podrá la sociedad española reorganizarse para participar juntos con una población catalana soberana en las aportaciones necesarias para mantener la comunidad europea. Pero si se continúa negando la culpa del gobierno español, esta seguirá poniéndose de manifiesto a través de actos fallidos, bancarrotas, fracasos y falta de éxitos, muy probablemente no solo en España y Cataluña sino en el conjunto de la peña europea. Eliminar la existencia de esta culpa no es posible, ni siquiera si España lograra enterrar hasta el último catalán, cosa que es poco probable. Hay un dicho catalán según el cual cada catalán que se pone bajo tierra se convierte en un puñado de semillas. Y de cada una de esas semillas crecerá otro catalán. 

Para una persona que hace lo que puede para crear paz y unión en la humanidad prácticamente es indispensable dar apoyo al intento catalán de lograr la autodeterminación, porque la paz y la unión son imposibles, si se fuerza un pueblo contra su voluntad a participar de un estado, especialmente si ese estado se burla del estado de derecho como la hace el gobierno español actual. Como nación soberana con toda seguridad Cataluña hará una aportación valiosa a la convivencia pacífica de todos los pueblos y a la unión de la humanidad. Los únicos que se sienten amenazados por esto son aquellos que hasta ahora, de forma impune, han ido llenando sus bolsillos con los bienes que pertenecen a la comunidad.

19 de octubre 2017

Brigitte Hansmann
   
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